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La energía verde va a la guerra

La OTAN prueba diversas opciones de energía verde para eludir la vulnerabilidad del combustible en combate y en operaciones humanitarias.

A partir de junio, empresas del área de defensa como Thales SA y Multicon Solar AG se asociarán a la OTAN con el fin de probar la capacidad de las fuerzas armadas para utilizar energía renovable en combate y en operaciones humanitarias.

Alrededor de mil soldados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte pasarán 12 días desplegando turbinas eólicas, paneles solares y redes eléctricas autónomas en Hungría, según Susanne Michaelis, oficial de acción del grupo a cargo de la energía inteligente.

Los soldados probarán pequeñas plantas eléctricas solares que se abren en el lapso de 10 minutos como flores bajo el sol, carpas altamente aisladas y cargadores de baterías con alimentación solar –tecnologías que desplazan a los combustibles convencionales que deben ser entregados a través de líneas de abastecimiento vulnerables.

La prueba tiene lugar luego de que tres mil soldados estadounidenses resultaron heridos o muertos en ataques contra convoyes transportadores de combustible y agua en Irak y Afganistán, según la OTAN.

"Muchas personas quedan inválidas o mueren transportando combustible y agua", dijo por teléfono Michaelis, que está ayudando a preparar el campamento Smart Energy de la OTAN e Hungría.

Si se ataca un camión de combustible, explota y se quema todo el combustible. Es imposible frenarlo. Si disparan a celdas solares, una puede romperse, pero no estalla y las otras celdas continúan funcionando

En junio, soldados de la OTAN montarán escenarios de juegos de guerra que simulan cortes de electricidad, rutas inundadas y contaminación de diésel y agua utilizando tres equipos de "energía inteligente" lanzados por paracaídas sobre el campamento, según una presentación de la OTAN entregada a Bloomberg.

La unidad estadounidense de Thales, Thales Defense Security, proyecta exhibir sus cargadores de batería livianos que pueden funcionar con energía solar y reciclar electricidad a partir de baterías no reutilizables desechadas, dijo en una entrevista telefónica Merdod Badie, director de Thales desde Clarksburg, Maryland.

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CLIENTES MILITARES

El número de empresas que analizan el mercado creció desde un "puñado" hace tres años, según Michaelis. Los grandes clientes militares ofrecen a los productores de energía un mercado que es más resistente a los altibajos de la economía global que la industria privada.

Smartflower Energy Technology GmbH entregará sus plantas de energía solar instantánea, unidades de fibra de carbono con paneles en forma de pétalos que pueden ser manejadas por una sola persona y se abren bajo el sol de la mañana. El comando de la OTAN hasta ahora ha trabajado activamente en países soleados, dijo Michaelis.

El mercado "pide a gritos" soluciones integrales, dijo en una entrevista Alexander Swatek, cofundador de Smartflower.

"Las fuerzas armadas en muchos países están viendo los renovables como una opción importante desde el punto de vista de la seguridad del abastecimiento y la diversidad de las fuentes de energía", dijo Angus McCrone, analista en Bloomberg New Energy Finance. Los ejércitos "representan a grandes clientes que no están directamente expuestos al ciclo macroeconómico", dispuestos a poner a prueba nuevas tecnologías, dijo.

El ejército estadounidense ha dicho que para el año 2025 proyecta instalar un gigavatio de capacidad renovable en sus bases.

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