El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió este lunes recortar los impuestos para los jubilados y aumentar el salario mínimo en 100 euros para enero, pero se negó a restablecer un impuesto a la riqueza, en respuesta a una ola de protestas que ha desafiado su autoridad.
Actualmente, el salario mínimo en Francia es de mil 498 euros.
En su primer discurso a la nación tras dos semanas de las peores manifestaciones en el país en años, Macron buscó restablecer la calma después de las acusaciones de que sus métodos y políticas económicas están fracturando a Francia.
"Queremos una Francia donde uno pueda vivir con dignidad a través del trabajo y en esto hemos avanzado demasiado lento", afirmó Macron. "Le pido al Gobierno y al Parlamento hacer lo que es necesario".
Macron se enfrenta a una enorme presión en las calles por parte de los llamados 'chalecos amarillos' para aumentar más los recortes de impuestos y los costos de la seguridad social con el fin de aumentar el poder adquisitivo de los hogares, conteniendo al mismo tiempo el déficit presupuestario de Francia por debajo del límite de la Unión Europea.
Llamadas así por los chalecos de seguridad fluorescentes que deben llevar los automovilistas franceses, las protestas del 'chaleco amarillo' surgieron el 17 de noviembre, cuando casi 300 mil manifestantes en todo el país salieron a las calles para denunciar los altos costos de vida y las reformas económicas de Macron.
Los manifestantes dicen que las reformas benefician a los ricos y no hacen nada para ayudar a los pobres. El Gobierno canceló esta semana un aumento planificado de los impuestos sobre la gasolina y el diesel en un intento por desactivar la situación.
Macron afirmó que las personas que obtienen el salario mínimo verán un incremento de 100 euros al mes desde 2019 sin costos extras para los empleadores. Los pensionados que ganan menos de 2 mil euros verían la eliminación de un reciente aumento en los impuestos a la seguridad social.
Pero también dijo que mantendría su agenda de reformas y rechazó reinstalar un impuesto a la riqueza.
"Responderemos a la urgencia económica y social con medidas sólidas, reduciendo los impuestos más rápidamente, manteniendo nuestros gastos bajo control, pero no con un giro en U", destacó el mandatario.
Más temprano, el Banco Central francés señaló que la situación que vive Francia desacelerará el crecimiento hasta casi estancarlo en el último trimestre, complicando la tarea del presidente a la hora de encontrar concesiones que aplaquen el movimiento de los 'chalecos amarillos'.
El Banco de Francia pronosticó este lunes que la segunda economía de la zona euro tendrá un crecimiento de solo el 0.2 por ciento en el último trimestre respecto a los tres meses anteriores, una caída del 0.4 por ciento frente a su estimación previa.
El ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, declinó ofrecer una estimación del crecimiento para 2018, pero pronosticó que la protesta a nivel nacional restará 0.1 por ciento a la producción nacional. Su "número dos" señaló que la proyección de crecimiento se situará "más cerca del 1.5 por ciento".
La desaceleración es una "realidad para nuestros emprendedores y empresarios, es la realidad para aquellos cuyas tiendas han sido destrozadas y saqueadas de la manera más violenta", dijo Le Maire a la cadena de radio RTL. "Y es una realidad también para nuestros inversores extranjeros".
En una señal de que ha aumentado la percepción de riesgo en la tenencia de deuda francesa, los rendimientos de los bonos soberanos de este país se incrementaban este lunes, elevando el diferencial de los papeles a 10 años frente al equivalente alemán a su máximo desde mayo, alrededor de 46 puntos básicos.
En la Bolsa de París, el operador aeroportuario ADP cedía 0.1 por ciento, mientras que los minoristas Carrefour , Casino y FNAC Darty perdían entre 1 y 1.6 por ciento. La compañía hotelera Accor llegó a caer un 0.7 por ciento, aunque luego recortaba pérdidas.