Mientras la cifra de muertos aumenta en África por el peor brote de ébola que se recuerde, una nueva amenaza puede intensificar la crisis: se trata de la temporada de lluvias y la malaria que viene con ella.
Sierra Leona es hasta ahora el país con más casos de ébola registrados en la epidemia actual. Ahí, los pobladores temerosos evitan solicitar atención por cualquier enfermedad, según funcionarios de salud. Si contraen malaria, prefieren no acudir a hospitales en los que hay pacientes con ébola. Si tienen esta última enfermedad, no creen que los hospitales puedan ayudarlos, por lo que optan por ir con médicos tradicionales o curanderos.
Se trata de un desafío muy grande, que se complica aún más por el hecho de que tanto el ébola como la malaria y el cólera presentan síntomas similares en etapas iniciales, como fiebre y vómitos, lo que causa confusión entre los pacientes, explicó Cyprien Fabre, titular de la oficina en África Occidental del departamento de asistencia humanitaria de la Comisión Europea.
"Ahora estas otras enfermedades presentan un aumento en su tasa de mortalidad", dijo Fabre desde Freetown, Sierra Leona. "Es un desastre en cámara lenta".
El problema podría empeorar las condiciones de salud y bienestar en el país, que tiene la mayor tasa de mortalidad infantil y materna en el mundo, añadió Fabre.
El brote de ébola ya se ha cobrado la vida de más de 900 personas en Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria desde que fue reportado por primera vez en marzo, según la Organización Mundial de la Salud.
"Tengo miedo de ir al hospital porque si no te dicen que tienes ébola, será otra cosa que te romperá el corazón", dijo Ibrahim Kalokoh, disc jockey de 34 años en Freetown. "Si presentara síntomas de malaria, preferiría correr a una farmacia por medicinas antes que ir a un hospital".
"En este momento, con todo ese ruido sobre el ébola, decirme que acuda a un hospital es el peor consejo que me puedes dar", añadió.
Más allá del miedo, hay otras situaciones que contribuyen al problema, según Fabre. Y es que los trabajadores de la salud también temen ser infectados, por lo que cada vez son más reacios en participar en las operaciones de ayuda. Al mismo tiempo, algunos hospitales han excedido ya su capacidad para acoger pacientes.
"Los profesionales de la salud temen aceptar nuevos pacientes, especialmente en clínicas comunitarias de todo el país", declaró la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf.
"Consecuentemente, muchos males comunes que son particularmente habituales en la época de lluvias, como la malaria, la tifoidea y el resfriado común, están dejando de ser atendidos, lo que provoca muchas muertes innecesarias y previsibles", agregó.
De vuelta en Freetown, Sierra Leona, se puede advertir que el cloro ha tomado la ciudad. A la entrada de supermercados, sobre las banquetas, en las oficinas y los templos, e incluso en algunas casas, se han colocado cubetas de plástico llenas de agua y cloro para el lavado de manos. Los líderes religiosos también han llamado a limitar el contacto físico.
"Le hemos pedido a nuestros fieles que, hasta que dejen de presentarse nuevos casos de ébola, eviten estrechar las manos y saluden colocando su mano derecha en el pecho y haciendo una pequeña reverencia con la cabeza", dijo Sheik Alie Yunus Kallay, miembro del grupo de tarea del consejo interreligioso.
El virus del ébola se puede contraer por el contacto directo con fluidos corporales de una persona infectada. Aunque puede ser tratado, no existe cura comprobada ni vacuna.