MONTEVIDEO.- El expresidente uruguayo, José Mujica, renunció este martes a la banca de senador que obtuvo en 2014 y en la que tenía derecho a permanecer hasta febrero de 2020.
"Los motivos son personales; diría cansancio de largo viaje", explicó Mujica en su carta de renuncia que fue leída en la Cámara en su ausencia.
Mujica venía anunciando su retiro desde 2016 pero una y otra vez la había postergado.
Su partida fue lamentada por sus compañeros de bancada de la coalición de izquierda Frente Amplio. "Nos vamos a seguir encontrando en sus caminos y en la ruta de seguir cambiando las cosas para que en este mundo aquellos que son los más infelices sean los más felices", dijo la senadora Ivonne Passada.
El expresidente anunció que tras su renuncia viajará a Europa, donde entre otras actividades asistirá al Festival de Venecia y estará presente en el estreno de la película que el serbio Emir Kusturica realizó sobre su vida.
Sin embargo, en su carta también ratificó que no abandonará la política. "Mientras mi cuerpo me funcione no puedo renunciar a la solidaridad y la lucha de ideas".
Muchos, sin embargo, sostienen que la renuncia es el preámbulo de una candidatura presidencial en las elecciones previstas para 2019.
Mujica ha repetido que no será candidato pero como había dicho lo mismo cuando ganó las elecciones de 2010, muchos no le creen.
"Renuncia hoy para hacer campaña", escribió en Twitter el diputado Daniel Radío, del centroizquierdista Partido Independiente.
El lugar de Mujica en el Senado será ocupado por Andrés Berterreche, también integrante del Movimiento de Participación Popular, el sector político del expresidente.
Mujica gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, un lustro en el que ganó fama mundial por su estilo austero, su prédica en contra del consumismo y su impulso a leyes innovadoras como la que transformó a Uruguay en el primer país del mundo en tener un mercado regulado de mariguana desde su siembra hasta su venta en una red de farmacias.
Sin embargo, la evaluación de su Gobierno en cuanto a los logros concretos en economía, educación, seguridad pública y derechos humanos divide a los uruguayos.