CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco aceptó este jueves la renuncia de otros dos obispos chilenos implicados en un escándalo de abusos sexuales, informó el Vaticano, con lo que asciende a cinco el número de dimisiones de religiosos de alto rango del país que el pontífice admite hasta el momento.
Los obispos Alejandro Goic Karmelic, de Rancagua, y Horacio Valenzuela Abarca, de Talca, ambas ciudades situadas en el centro-sur de Chile, serán reemplazados por comisionados, conocidos como administradores apostólicos, dijo un comunicado.
Francisco aceptó la renuncia de otros tres religiosos el 11 de junio, luego de que el mes previo, 34 obispos chilenos ofrecieron en un hecho inédito dimitir tras asistir a una reunión de emergencia con el Papa por el encubrimiento de abusos sexuales en Chile.
Gustavo Madrid, un laico de Talca, dijo estar "agradecido, aliviado, esperanzado" de que el Papa haya decidido dar otro remezón a la iglesia chilena.
"Estamos esperanzados de que el Papa (...) haya abierto los ojos, haya escuchado finalmente a otros obispos a nivel internacional que le dijeron 'ojo, ponga atención a lo que pasa en Chile'", dijo Madrid.
Goic, de 78 años, emitió el mes pasado un comunicado en el que se disculpaba por no actuar rápidamente cuando se enteró de acusaciones de abuso sexual por parte de 14 sacerdotes, los que fueron suspendidos tras denuncias sobre abusos sistemáticos contra menores bajo una organización denominada "La Familia".
El caso de "La Familia" ya es investigado por la justicia civil en Chile para determinar si algunos de los delitos no están prescritos.
"Lento pero seguro (...) dos obispos malos y corruptos menos a cargo de gente buena. Horacio Valenzuela y Alejandro Goic a la casa", dijo en su cuenta de Twitter Juan Carlos Cruz, víctima de uno de los casos de abusos más emblemáticos.
El legado de Karadima
Valenzuela, de 64 años, fue uno de los cuatro obispos entrenados para el sacerdocio décadas atrás por Fernando Karadima, el abusador más conocido de Chile.
Karadima fue hallado culpable en una investigación del Vaticano en 2011 de abusar de niños en Santiago en las décadas de 1970 y 1980. El influyente sacerdote, que está recluido en un hogar de ancianos en Chile, siempre ha negado cualquier conducta impropia.
Francisco dijo a Reuters en una entrevista exclusiva en su residencia el 17 de junio que estaba considerando aceptar las renuncias de más obispos chilenos.
Uno de los obispos, Juan Barros, de la ciudad sureña de Osorno, se volvió el centro de la investigación y es uno de los prelados cuya renuncia el Papa ya había aceptado.
Las víctimas dicen que Barros fue testigo de abusos sexuales y los encubrió en Santiago, donde Karadima había adquirido un estatus de culto entre los católicos políticamente conservadores de un vecindario acomodado de la capital. Barros ha negado las acusaciones.
"Las familias llevaron a sus niños a Karadima porque creían que la doctrina era sólida y no sabían qué estaba sucediendo allí", dijo el pontífice a Reuters.
En la entrevista, Francisco calificó a Karadima como "una persona gravemente perturbada".
El escándalo se recrudeció luego de que el pontífice argentino visitó Chile en enero y luego envió a un investigador al país sudamericano, el arzobispo Charles Scicluna de Malta.
Scicluna elaboró un reporte de 2 mil 300 páginas que acusaba a los obispos chilenos de "negligencia grave" para investigar las acusaciones de abuso de niños y dijo que la evidencia de delitos sexuales fue destruida.