Tras la denuncia del exnuncio de Estados Unidos, Carlo Maria Viganò, de que el papa Francisco solapó a curas acusados de abuso sexual y pidió por ello su dimisión, el fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, quien presentó el caso de 300 sacerdotes pederastas, aseguró tener evidencias irrefutables de que el Vaticano encubrió esos crímenes.
"No puedo hablar específicamente del papa Francisco", dijo Shapiro en el programa de televisión 'Today NBC', pero "tenemos pruebas de que la Santa Sede tenía conocimiento de los casos", aunque sin aclarar de qué pruebas se tratan.
Explicó que en la investigación sobre abusos, que afectó a más de mil niños, encontramos que "no sólo hubo violaciones de infantes, sino también un encubrimiento sistemático por parte del Vaticano".
El informe considerado el más exhaustivo hasta ahora sobre la Iglesia católica estadounidense, provocó la inculpación de los sacerdotes David Poulson y John Thomas Sweeney, de las diócesis de Erie y Greensburg, en el estado de Pensilvania.
Sin embargo, la mayoría de los crímenes ocurrieron hace tanto tiempo que los delitos han prescrito y muchos abusadores han muerto.
"Es un horror pensar lo que estos hombres le hicieron a los niños y luego el encubrimiento… Lo hicieron para proteger a los sacerdotes de las fuerzas del orden. Los trasladaron por años para evitar la ley", explicó Shapiro
Además descartó los argumentos esgrimidos por algunos líderes católicos que señalaron que el contexto social ha cambiado en las últimas décadas. Al respecto, comentó: "La violación de niños en 1970 es igual que las violaciones en el 2018. Nunca es aceptable y nunca está bien encubrirlo".
Por ahora el Papa se ha negado a responder sobre la acusación del exnuncio Viganò.
Al regresar al Vaticano tras su viaje a Irlanda, afirmó: "yo no diré ni una palabra sobre esto, creo que el comunicado habla por sí solo y ustedes tienen la suficiente capacidad para llegar a conclusiones".