Durante la década de los sestenta y setenta, la CIA y el FBI subsidiaron, promovieron y encabezaron el desarrollo de dos proyectos culturales con el fin de 'despojar' a la izquierda del 'monopolio' intelectual en nuestro país.
Al igual que con los expresidentes Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, las publicaciones Diálogos, dirigida por el poeta y filósofo Ramón Xirau, así como Espejos, una publicación de divulgación económica dirigida por Agurtín Navarro, presuntamente recibieron el apoyo de las agencias de inteligencia.
A decir de un cable signado por la estación civil de la CIA, fechado el 12 de octubre del 1962, el interés por la penetración cultural en México recibió incluso mecenazgo:
"1. LITHUFF-1 necesita 15 mil pesos mensuales para continuar publicando Espejo.
"2 Su problema actual se debe a la falta de contribuciones del Sr. Albert Blair.
"3. Se requiere autorización para darle 15 mil pesos vía LITHUFF-1 a LITHUFF-2 para continuar la publicación mensual."
La Fundación Mary Ferrell sostiene que LITHUFF era la clave para identificar a las acciones del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO). Una organización de ultraderecha, también financiada por la CIA con el fin de hacer presión civil y propaganda anticomunista en universidades.
Operativamente, LITHUFF era promovida por LITHUFF-1, clave de Alfonso Rudolph Wichtrich, un alto ejecutivo de American Chamber of Commerce in Mexico; así como por LITHUFF-2, identificado como Agustín Navarro, un académico arropado por "banqueros, industriales y comerciantes".
La política editorial de Espejo, según investigaciones del escritor Guillermo Sheridan, consistía en la promoción de la iniciativa privada, el libre comercio así como las teorías económicas de la Escuela Austriaca.
Ocho meses después del proyecto cultural de Espejos, agentes de la CIA nuevamente propusieron extender sus operaciones 'anticomunistas' mediante 'una revista de corte intelectual', financiada con fondos del programa DIGODOWN.
El cable fechado el 24 de junio de 1963, propone crear Diálogos –que en un principio se propuso llamar Crítica– "con el fin de romper el monopolio cultural de la extrema izquierda en el sector cultural en México".
Específicamente, los ataques de Crítica apuntarían contra la revista Siempre! y el suplemento La cultura en México, dirigida por Fernando Benítez. Para llevar a cabo esta tarea, la misma CIA propuso al filósofo Ramón Xirau en la dirección; Enrique P. López en la subdirección y Juan García Ponce como jefe de redacción.
El papel de Enrique P. López, clave de Edward Tichborn, era transferir los recursos de DIGODOWN a la revista que, al paso de los años, pasó a llamarse Diálogos.
Una ficha de la CIA fechada en julio de 1978, indexada en el expediente del asesinato de Kennedy, aún identifica al señor López como "un ciudadano estadounidense y abogado" asentado en la Ciudad de México y dedicado al trabajo cultural.
La publicación en la que desfilaron intelectuales de la talla de Octavio Paz, Alí Chumacero, Tomás Segovia, Homero Aridjis, Roger Callois, José Bianco, Mario Vargas Llosa, Elena Garro, entre otros, en realidad era financiada por Edward Tichborn, un promisorio anticastrista creador de 'grupos políticos' de choque, según la Fundación de Mary Ferrell.