Grandes grupos empresariales de México están furiosos porque el candidato a la Presidencia por Morena, Andrés Manuel López Obrador, llamó a varios prominentes magnates del país traficantes de influencias que se benefician de la corrupción.
En un acto de campaña esta semana, López Obrador, que compite por tercera vez por la Presidencia, acusó a varios miembros de la Iniciativa Privada de obstaculizar la democracia y conspirar para mantenerlo fuera del poder.
Entre los hombres de negocios que mencionó se encuentra el magnate Alberto Bailleres del conglomerado Grupo Bal, Germán Larrea del gigante minero Grupo México y el empresario Alejandro Ramírez, quien dirige la cadena de cines Cinépolis.
"A todos ellos les digo que no se preocupen (...) lo único que puede ser que no les guste es que ya no van a seguir robando y ya no van a tener el privilegio de mandar", dijo López Obrador en el estado Veracruz.
Los comentarios del aspirante, que reiteró el jueves por la noche, alimentaron las críticas de líderes empresariales que ya cuestionaban sus propuestas de revisar los contratos petroleros que el país ha firmado con inversores privados y cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.
El Consejo Mexicano de Negocios (CMN), una poderosa coalición empresarial cuyos miembros incluyen a Bailleres y Ramírez, respondió el jueves con una publicación en varios diarios titulada "Así No" en el que condenaron lo que describieron como "ataques personales" y "expresiones calumniosas" del candidato.
"Está minando la confianza con esas acusaciones y con este discurso tan agresivo contra el sector privado", comentó Ramírez en una entrevista con Reuters, quien encabeza el CMN.
"La confianza es lo que genera inversión", añadió Ramírez, diciendo que la clase empresarial ha creado miles de empleos e impulsado la segunda mayor economía de América Latina.
En una entrevista el jueves por la noche en la cadena Televisa, López Obrador redobló las críticas, acusando a algunos líderes empresariales de hacer sus fortunas comerciando con su influencia política, pero esta vez dio nombres.
"Es un grupo que se ha beneficiado al amparo del poder público, se han hecho inmensamente ricos a costa del sufrimiento de los mexicanos", dijo el izquierdista, quien encabeza las encuestas rumbo a los comicios de julio. "Lo que se necesita es separar el poder político del poder económico", agregó.
Las tensiones alcanzaron al mayor organismo patronal de México, Coparmex, y el poderoso Consejo Coordinador Empresarial, CCE, que respaldaron la postura del Consejo Mexicano de Negocios.
"Ni somos ladrones, ni explotadores, ni privilegiados, que solo abusan. Eso es discriminación también", dijo Juan Carlos Castañón, líder del Consejo Coordinador Empresarial.
López Obrador volvió a la carga el viernes, pero moderó el tono diciendo que sólo está en contra de los empresarios corruptos. "El que genera empleos, el que apoya el desarrollo del país y lo hace de manera honrada, merece respeto; yo estoy en contra de la riqueza mal habida", comentó.