CIUDAD DE MÉXICO. Todo quedó en un susto. Una parte del templete en el que Andrés Manuel López Obrador terminó de dar su discurso para promocionar a Morena, se vino abajo, junto con él y un grupo de personas que lo rodeaba y le pedía autógrafos.
En cuestión de a segundos, unas manos tomaron las de él y lo sacaron del hueco que se abrió al romperse uno de los polines que sostenía el tablón.
El rostro que por un momento cambió de expresión, reflejando una especie de sorpresa y temor, volvió a sonreír y a posar para las fotos de sus seguidores.
En el mitin, en la explanada de la Delegación Milpa Alta, había arremetido contra "la mafia del poder", e invitado a votar por Morena.
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