El contralmirante José Luis Corro Chávez, asesinado el miércoles afuera de su domicilio, era pieza clave en bloqueo de las actividades del crimen organizado en el Puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán.
No había embarcación que saliera o entrara de ese Puerto, el segundo más importante en el país, sin que el contralmirante Corro Chávez supiera lo que llevaba en su interior.
Y es que como responsable de la capitanía del Puerto, que asumió el 3 noviembre de 2013, el mando naval tuvo a su cargo la operación administrativa de la terminal. Barco que salía o entraba, requería de su firma.
Así se logró arrebatar a Los Caballeros Templarios el control que mantenían sobre este Puerto, que le dejaban ingresos por más de mil millones de pesos al año, principalmente, por la exportación a China mineral de hierro robado e importación de aquel país de precursores químicos que ingresaban a México en forma ilegal.
Su designación al frente de la capitanía del puerto, como parte de la estrategia del gobierno federal en Michoacán, no fue gratuita.
Corro Chávez fue parte de la Sección II de Inteligencia del Estado Mayor de la Armada de México, área encargada de uno de los trabajos que más ha enaltecido a esa institución con detenciones de capos como la de Joaquín Guzmán, el Chapo Guzmán.
Egresado de la escuela Antón Lizardo, Corro Chávez cursó la licenciatura en ciencias navales y arribo a la capitanía del puerto de Lázaro Cárdenas el 3 de noviembre del 2013.
El presidente Enrique Peña Nieto lo ascendió de capitán de Navío a Contralmirante y se convirtió en el segundo mando más importante del bloqueo al narcotráfico.
Quienes lo conocieron, lo describen como un hombre agradable, nunca tuvo desplantes de déspota o prepotente, y por el contrario era abierto con toda la gente, incluso con representantes de los medios.
Reporteros que cubrían sus eventos, describen a Corro Chávez como un hombre "bonachón y dicharachero", una persona "alegre y siempre accesible con la gente lo que le valió ganarse el respeto de todos".
Ayer, autoridades de la Marina-Armada, familiares y amigos, rindieron un emotivo homenaje a Corro Chávez, en las instalaciones de la X Zona Naval, donde fue despedido con honores.
No hubo discurso, pero los asistentes al homenaje póstumo exigieron justicia. Por la tarde sus restos fueron llevados en un avión de la Armada de México, matrícula AMT-252, a su natal Veracruz donde será sepultado.
Autoridades federales y locales insistieron en que la muerte de este mando naval se dio cuando trataron de despojarlo de su camioneta.