Tanya Müller García, titular de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, dijo que nos encontramos en una temporada de ozono donde la falta de viento provoca que los contaminantes se mantengan en el Valle de México.
"Cuando tenemos altos vientos o velocidades de vientos que permiten la dispersión del ozono, éste baja drásticamente", señaló Müller, "en cuanto se invierte esta condición y los vientos disminuyen, inmediatamente sube el ozono y eso es lo que se conoce como estabilidad atmosférica".
La secretaria del Medio Ambiente añadió que la falta de planeación de las anteriores administraciones en temas de movilidad también es un factor que afecta a mediano y largo plazo.
"Hoy tendríamos otra ciudad en temas de movilidad, en términos de calidad de vida, en términos de contaminación", dijo, "el reto está en la periferia que podamos tener un transporte integrado y nos permita conectar a la ciudad.
"Esas son las decisiones que no se tomaron hace muchos años y que hoy en día estamos viendo las consecuencias de los segundos pisos", señaló Müller.
La funcionaria insistió en que las concentraciones de ozono han disminuido desde el año 2003, pero que era urgente invertir en mejor transporte público y sistemas como la Ecobici que creció 60 por ciento durante la gestión de Miguel Ángel Mancera.
"El decir que las políticas ambientales de esta administración no están funcionando es una frase muy política que vende muy bien, pero esa no es la realidad de la ciudad", insistió Müller.
Sobre los árboles derribados y las políticas de reforestación, la funcionaría mencionó que anteriormente la normatividad establecía que en obra pública los árboles se debían compensar uno a uno y en la privada se exigía uno a tres.
"Cambiamos la normatividad para que ahora también las obras públicas tengan que compensar uno a tres o uno a cuatro, lo que le corresponda de igual forma que a las obras privadas", concluyó.