CIUDAD DE MÉXICO.- El fiscal General de Veracruz, Luis Ángel Bravo, dijo que la versión sobre el móvil de asesinato de dos sacerdotes en Poza Rica se basa en el testimonio de un testigo in situ.
En entrevista en Radio Fórmula, el funcionario explicó que el auxiliar que logró escapar de la camioneta en la que secuestraron a los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz, declaró que hubo una reunión en la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, después se tornó violenta, y que los victimarios golpearon al cura y le pidieron las limosnas.
"Mis comentarios no obedecen a señalamientos propios. Lo que yo compartí fue el contenido del testimonio de un testigo in situ, que lo vivió… El testigo es co-víctima, el que logra escapar, salirse de la camioneta, cuestionable esa escapatoria, pero coincide todo lo narrado con sus golpes y las referencias que nos dio. Eso es lo que nosotros revelamos", aseguró.
Señaló que aún se desconoce el monto de lo robado, pero la camioneta pick up y el vehículo Lancer que se habían llevado los delincuentes ya fueron encontrados.
Además, dijo que hay órdenes de aprehensión contra los presuntos homicidas y que se conoce su identidad, pero no pueden revelarlas; aseguró que no tienen pistas que señalen al crimen organizado como el autor de este doble homicidio.
Bravo explicó que los sacerdotes recibieron nueve balazos y que el auxiliar que se salvó, se dedicaba a hacerles de comer y a las labores de limpieza.