El investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Jorge Legorreta afirma que un habitante de sectores populares de la Ciudad de México, vive con 14 litros de agua al día, es decir que no cumplen el promedio sugerido por la Organización Mundial de la Salud que es de 135 litros.
La legisladora perredista Janet Hernández Sotelo, recordó que en la Ciudad de México la distribución de agua por delegaciones no es igualitaria, mientras 12 delegaciones reciben 300 litros por habitante al día, a Tláhuac, Xochimilco e Iztapalapa les llega 177, 214 y 238 litros respectivamente,
Expuso que el 20 por ciento de la población del país vive en la capital, de ellos, el 97.14 de los más de ocho millones de habitantes, cuentan con cobertura de agua en tomas domiciliarias y la red de drenaje abarca el 93.17 por ciento del territorio, suministrarles agua significa obtenerla a través de fuentes subterráneas en un 67 por ciento y el caudal restante es de fuentes superficiales como manantiales ubicados tanto en la ciudad como en los estados de México y Michoacán.
Por lo que la diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) calcula que para sustituir la red hidráulica secundaria de una delegación a fin de regularizar la dotación del líquido es necesario invertir mil 500 millones de pesos anuales, "toda vez que constituye una deuda social del gobierno a favor de las familias más desprotegidas",
Ante esta desigualdad en la distribución del líquido potable, Hernández Sotelo, aseguró que impulsará en la primera Constitución de la Ciudad que el agua quede considerada como un derecho humano inalienable a efecto de garantizar el acceso, disposición y saneamiento del agua para consumo personal y doméstico en calidad, cantidad y salubridad.
Mencionó que impulsará la redacción de dos capítulos como parte del Título "del Cuidado del Medio Ambiente", uno sobre el asunto del agua, y otro para impulsar la cultura del cuidado de este recurso, a efecto de incluirse en el articulado de la primera Carta Magna local. Se busca el acceso al servicio público del agua en cantidad, calidad y salubridad para consumo personal y doméstico, no susceptible de restricción o privatización alguna, agregó.