Hay quienes ven en los mercados el mismo mecanismo de un juego de azar y mientras algunos se apasionan con esta idea, que provoca la adrenalina del jugador, a las personas que tienen un enfoque conservador los desanima al parecerles poco serio.
Reflexionemos sobre las principales diferencias.
1.- Un elemento básico de un casino es el conocimiento de que "la casa nunca pierde". Aún cuando alguien salga con dinero de más, habrá otros muchos que compensen con sus pérdidas, esto, porque en término de probabilidades, el negocio tiene una ventaja en los juegos.
En contrapartida, en los mercados, todos pueden ganar o todos pueden perder.
Si uno invierte en la acción de una empresa exitosa, obtiene un premio en forma de rendimiento, la compañía adquiere un recurso necesario para crecer y aumenta su valor y las instituciones financieras su comisión.
Cuando la cosa va mal pierden los participantes, de tal manera que quiebra la compañía, el inversionista y hasta el intermediario.
2.- Detrás de los títulos existe un financiamiento y es productivo, en tanto, en un casino todo va a las arcas de lo dueños.
El mercado de capitales es factible abordarlo desde una perspectiva patrimonial y empresarial, dándole sustento en el largo plazo, en donde ha probado ser la mejor alternativa.
Esto nunca sucederá en un casino.
3.- En los mercados sobra la información y las teorías de comportamiento.
La elección de los instrumentos puede hacerse de una forma científica y con sentido lógico, no con un "me late" o "mi número de la suerte".
En efecto, hay opciones en el juego que también contienen información, como sería apostar en los deportes, pero volvemos al punto de "la casa siempre gana", al compensar las debilidades y fortalezas de los contendientes con puntos a favor o en contra, llevando la apuesta a un nivel de riesgo inesperado.
4.- El problema en la bolsa de valores es precisamente cuando se parece a un casino y entran personas que desconocen el funcionamiento de los mercados, entonces una tendencia al alza podría convertirse en una gran caída posterior, porque empieza a alejarse de la lógica.
La euforia con facilidad termina transformándose en pánico.
Lejos está el mercado de capitales de ser una casa de juegos, es una manera en la que es posible generar un patrimonio importante obteniendo rendimientos superiores a otras alternativas, con un riesgo moderado.
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