Mis Finanzas

¿Qué tanto deben saber los niños sobre el dinero?

Si se vive en un desorden financiero, difícilmente nuestros hijos podrán aprender los principios básicos del ahorro, ser cuidadosos con el gasto o tener una visión sobre la perspectiva futura.

Es posible reflexionar sobre el Día del Niño y trascender la celebración para cuestionarnos cómo estamos educando a las nuevas generaciones para enfrentar los retos del futuro.

Desconocemos las circunstancias, pero sabemos que los márgenes de acción serán reducidos y debemos fortalecer conceptos como la cultura del esfuerzo, el emprendimiento y la prudencia.

El cambio social obliga a replantear la relación con el dinero. Por ejemplo los jóvenes prefieren rentar una vivienda en lugar de comprarla, casarse a mayor edad, tener menos hijos, buscar el ingreso presente y dejar la prevención. No hay recetas mágicas y en todo caso habrán de considerarse los efectos de las resoluciones tomadas.

Por eso, ante la duda de en qué momento se debe hablar de dinero con los niños, yo diría que en cuanto intervengan en las decisiones. Es decir, que perciban el esfuerzo requerido para contar con los recursos y obtener lo deseado.

Puede resultar inapropiado consentirlos en exceso, pues con el afán de dar lo mejor a la familia, los gastos se rebasan en forma significativa. La pregunta es si este mensaje de laxitud es bueno en términos de educación financiera.

Hay tópicos que vale la pena explicar como la inflación, las tasas de interés, cómo funciona un banco, el manejo de las deudas, el tipo de cambio, etcétera. Esto da la oportunidad de vincularse con un 'idioma' que tarde o temprano deberá de usar porque está inmerso en la cotidianidad.

Lo peor es aislarlos y en el ánimo de protegerlos, sacarlos de la realidad. Al contrario, habría que permitirles entender en qué trabajamos, cuál es nuestro negocio, contagiarlos de la pasión propia por lo que hacemos.

El primer paso es el ejemplo; si se vive en un entorno de desorden financiero, difícilmente podrán aprender los principios básicos del ahorro, ser cuidadosos con el gasto o tener una visión sobre la perspectiva futura.

En ocasiones se olvida la cultura del esfuerzo. Los padres quieren ofrecer lo que no tuvieron cuando eran niños. En contrapartida, la lucha diaria lleva a madurar, a ser precavidos y valorar los resultados.

Como lo he relatado en este espacio, los estudios señalan que la felicidad se ve influida por la percepción del nivel socioeconómico en el que nos encontramos.

Querer siempre ganar más con respecto a otros puede conducir a una carrera interminable y frustrante; es fundamental ayudarlos a comprender que es viable estar satisfechos y al mismo tiempo desear seguir superándose.

Al final del camino no hay verdades absolutas en cuanto a cómo tratar el tema del dinero con los niños, pero en definitiva es importante reflexionar sobre ello.

Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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