Con la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como presidente constitucional inicia formalmente lo que él ha denominado la cuarta transformación de México. Componente del discurso de campaña y de la narrativa del equipo de transición, la cuarta transformación parece combinar objetivos del nuevo gobierno, medios para lograrlos y símbolos comunicacionales para acompañarlos. La cuartaT, en cuyo concepto se asoma la intención de dejar un legado histórico que pocos han logrado, promete ser un nuevo paradigma de gobierno que iremos conociendo y evaluando a partir del 1 de diciembre.
Por el momento, después de un intenso año electoral y de un largo periodo de transición, la gran mayoría de los mexicanos no ha escuchado de la 'cuarta transformación', no sabe qué es o a qué se refiere. En la más reciente encuesta nacional de El Financiero, realizada del 8 al 14 de noviembre a mil 200 entrevistados en las 32 entidades federativas, se preguntó lo siguiente: "¿Usted ha escuchado hablar de la cuarta transformación?" El 18 por ciento de los entrevistados dijo que sí, el 81 por ciento dijo que no, y el 1 por ciento restante no contestó. A solamente unas horas de que inicie el gobierno que propone la cuarta transformación, solamente uno de cada cinco mexicanos ha oído de ella.
Como en mucha de la información que fluye en la opinión pública, algunas asimetrías son esperables: Entre los mexicanos que reportan tener estudios universitarios, el 42 por ciento afirma haber escuchado acerca de la cuarta trasformación, pero entre los que tienen un nivel de estudios básico, de primaria o secundaria, solamente el 12 por ciento ha escuchado de ella. El mensaje de la cuartaT se ha quedado hasta ahora varado entre los más escolarizados y, aun entre ellos, no llega a ser mayoría. Con todo y las habilidades comunicacionales de López Obrador, hasta ahora la cuarta transformación se ha quedado corta.
Hay otro dato que resulta más impactante aún, por su significado político: Entre los simpatizantes priistas y panistas, solamente el 17 y el 4 por ciento han escuchado de la cuarta transformación, y entre los apartidistas, el 18 por ciento. Quizás eso sea esperable. Lo curioso es que aún entre los morenistas no se ha terminado de diseminar el mensaje: solamente 26 por ciento de los seguidores del nuevo partido gobernante ha escuchado acerca de la cuarta transformación. Es como si el himno de ceremonia solamente lo conociera uno de cada cuatro miembros del coro. Más aún, entre los entrevistados que dicen que votaron por López Obrador el 1 de julio, el 24 por ciento ha escuchado de la cuartaT. Al parecer, al votar por AMLO no se votó por una cuarta transformación, la cual luce, hasta hoy, desconocida.
Pero, como se ha dicho en múltiples ocasiones durante los meses de transición, la cuarta va. A quienes nos corresponde observar, hay que ir ajustando la lente en torno a sus diversos aspectos. Comencemos por el simbólico. En una encuesta telefónica nacional de El Financiero, realizada este mes de noviembre, se incluyó la siguiente pregunta: "En los eventos de López Obrador suelen poner fotos de los siguientes personajes históricos: Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas. ¿A usted cuál le gusta más?" El 54 por ciento señaló a Juárez, el 23 por ciento a Cárdenas y solamente el 11 por ciento a Madero. De ellos tres, el propio AMLO ha mostrado una predilección por el Benemérito de las Américas. Habrá que ver cómo se traducen esos símbolos a las acciones del nuevo gobierno. Por lo pronto, al banderazo de salida prevalece la duda: ¿La cuarta qué?