Desde San Lázaro

Errónea estrategia de comunicación social de AMLO

Los futuros miembros del gabinete de AMLO se han pasado el tiempo en declaraciones en torno a las propuestas de campaña que, por lo menos en el corto plazo, no van a hacerse realidad.

Todos hablan, confunden y mellan la confianza de la ciudadanía; algunos hacen declaraciones sólo para interpretar lo que quiso decir el jefe. Sin embargo, pocos han tenido acuerdos formales con el próximo presidente de la República para definir una agenda, lo que provoca un total caos y, por supuesto, abona a que de la euforia colectiva se pase a la decepción, la frustración y el desánimo.

A pesar de que Andrés Manuel está de vacaciones, sus colaboradores, tanto los cercanos como lo que no lo son, arrecian la verborrea para exaltar las acciones y programas del nuevo gobierno, sin siquiera tener la autorización para hacerlo. Parecen voceros de un ente en el que no hay orden ni estrategia de comunicación.

César Yáñez, el vocero de toda la vida, está rebasado por la izquierda y por la derecha, ya que las voces del gobierno del cambio discrepan entre sí, confunden y desorientan a la opinión pública.

Unos a base de mentiras intentan posicionarse, como lo expresado en torno a la participación del Papa en los foros para lograr la paz; otros, de plano dicen cada barrabasada que se contradicen totalmente con las posturas expresadas por AMLO.

Para empezar se tiene que alinear el mensaje de todos los colaboradores principales con el del presidente, también es menester el trabajo del gabinete para definir cuáles de esas promesas de campaña son realmente viables y prioritarias para la próxima administración y, finalmente, definir a los voceros del gobierno federal.

Los miembros del futuro gabinete de AMLO se han pasado el tiempo en declaraciones en torno a las propuestas que esgrimió el tabasqueño en campaña, pero que, por lo menos en el corto plazo, no van a hacerse realidad.

Más allá del activismo de López Obrador, cuando ni siquiera es presidente electo, se deben orientar los esfuerzos hacia el trabajo de escritorio para perfilar el plan de gobierno sexenal y luego, entonces sí, comenzar a construir la agenda política, administrativa y social.

Caminan de atrás hacia delante y eso lo sabe Yáñez, ya que sus posicionamientos son contradictorios y ponen en evidencia la carencia de una estrategia de comunicación social adecuada.

Si a eso le sumamos que van a desaparecer las áreas encargadas de este tema, pues no me quiero imaginar el caos informativo que habrá en su sexenio, y sobre todo el recelo de una sociedad que se sentirá traicionada y tal vez no por los hechos, sino por la percepción que se tenga de ellos.

Es un craso error desaparecer las oficinas de comunicación social del gobierno federal, ya que de entrada se atentará contra el derecho a la información que tienen los ciudadanos en torno a las tareas de gobierno.

El concentrar la responsabilidad de comunicar en una oficina de la Presidencia de la República resulta más un entuerto administrativo que una solución al problema de la comunicación, que sin duda existe en la actualidad y se acrecentará en el futuro.

No serán suficientes las conferencias diarias, no alcanzaría el tiempo para difundir las tareas que emprende cada secretaría y en general cada dependencia del gobierno.

Hasta para su proyecto político transexenal el nuevo presidente necesita que la comunicación social de su gobierno, además de ser eficiente, diseñe la narrativa que sistemáticamente procesarán los medios de comunicación; y aunque a casi todos los tenga cooptados, sino se trabaja en el mensaje cotidiano y que éste sea creativo, creíble, emotivo y que pugne por el orgullo nacional, llegará la alternancia en 2024.

Está AMLO muy confiado en que sólo basta el trabajo en redes sociales y en el mensaje cotidiano que él haga de las tareas de gobierno para tener informada a la ciudadanía; empero, con el paso del tiempo se dará cuenta que esto no es suficiente para satisfacer las necesidades de información que requiere una sociedad cada vez más participativa y democrática.

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