Desde San Lázaro

Obnubilada por el poder

La maestra Gordillo es, sin duda, uno de los personajes de la política mexicana que más influencia ha tenido durante los últimos treinta años y tal vez fue una presa política por que era más útil al sistema en prisión.

Pocas personas en México son claramente identificadas sólo por su profesión, quizás sólo sean "El ingeniero" Cárdenas y "La maestra" Elba Esther Gordillo.

La maestra Gordillo es, sin duda, uno de los personajes de la política mexicana que más influencia ha tenido durante los últimos treinta años. Desde sus inicios en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la década de los setenta, su carrera fue en ascenso, llegando a presidir la organización magisterial más importante de América.

Acumuló poder y respeto gracias al respaldo que brindaba a través de la operación política. Esto fortalecía a la organización sindical en las negociaciones para mejorar las condiciones laborales de los agremiados. Al mismo tiempo, la maestra lograba prestigio en el PRI, llegó a ocupar la Secretaría General de la CNOP, fue diputada federal, senadora y secretaria general del partido.

Pero el poder no está peleado con la ambición, la presunción y los gustos excesivos. También fue difícil librarse de personajes cuestionables en su entorno, como su propio yerno, Fernando González, y Miguel Ángel Yunes, entre otros.

Cuando en el 2000 la permanencia del PRI en el poder se interrumpió, la maestra puso por delante al sindicato; con gran habilidad pactó con los gobiernos panistas y tuvo injerencia en la política educativa. Pero también fue considerada una traidora. La génesis de un partido con arraigo en el magisterio permitió al sindicato ampliar los espacios para posicionar aliados y para defender las causas de la docencia y la educación pública. La maestra jugaba sus cartas bajo nuevas circunstancias políticas, logrando preservar al sindicato, aunque muchos la vieran con recelo.

En febrero de 2013 fue detenida bajo la acusación de lavado de dinero, defraudación fiscal y delincuencia organizada. La revista Forbes la mencionó como una de las diez personas más corruptas de México, junto a Carlos Romero Deschamps, Raúl Salinas y Genaro García Luna. Y pruebas había en abundancia. Luego de cinco años de prisión sin juicio, fue exonerada, causando diversas opiniones, indignación e interrogantes.

La maestra tal vez fue una presa política, no por haber asumido la defensa de su gremio, sino porque era molesta para el sistema, o bien, era más útil al sistema en prisión. Fue un golpe preparado estratégicamente para legitimar al gobierno del presidente Peña, necesitaba colgar una cabeza responsable de todos los males del país.

El sindicato, sin ella, se dedicó a preservar a la organización. Pero esta vez, con la mirada de la sociedad encima, emprendieron transformaciones más profundas que le dieron un rostro diferente: definieron como objetivo principal la defensa de la educación pública y de los derechos de los trabajadores, generaron mecanismos de transparencia en la gestión, profesionalizaron a la dirigencia, se mantuvieron abiertos, colaborativos pero críticos en la implementación de la reforma educativa, cuidando especialmente los aspectos que afectaban los derechos de los trabajadores, elaboraron una agenda con los temas sociales más actuales como salud, cuidado del medio ambiente e inclusión, elaboraron y dieron a conocer el acervo editorial del magisterio, internacionalizaron al sindicato con su ingreso en la Internacional de la Educación y otros espacios internacionales, trabajaron con seriedad el tema de la educación indígena, y crearon el SINADEP para apoyo en la formación de los docentes.

Uno de los escenarios que generan más expectación es la actitud que asumirá la maestra Gordillo frente aquellos que promovieron su encarcelación y a quienes, obligados por las circunstancias, asumieron la dirección de los espacios que fueron su reino: el sindicato y el partido. La ira y la revancha fueron distintivos de su gestión política y se podría esperar que en su regreso se mantengan.

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