Convertida ya en una profesión de alto riesgo, el periodismo requiere que el propio Estado proteja a quien la ejerce, y por consecuencia al derecho a la información y la libertad de expresión. Por ello es digno de encomio que la Suprema Corte haya validado, por unanimidad, el secreto profesional de los periodistas, contemplado en la nueva Constitución de la Ciudad de México, después de ser impugnado, en varios de sus numerales por la PGR, la CNDH y otros organismos afines.
Por ello, diversas agrupaciones del país reconocen a los ministros de la SCJN al evaluar y proteger tan importante garantía, indispensable para el ejercicio de nuestra profesión. La Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos; Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo; Club Primera Plana; Federación Latinoamericana de Periodistas, y la Asociación Nacional de Locutores de México, promotores de la iniciativa, también han expresado su agradecimiento al ahora presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, quien desde un principio apoyó la iniciativa para que a la postre quedará plasmada en el máximo ordenamiento de la capital de la República mexicana.
El compromiso de Muñoz Ledo por impulsar las peticiones fue claro y preciso, así como de los demás miembros de la Comisión Redactora de la Constitución de la Ciudad de México.
El siguiente paso es que en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en todas las constituciones de los estados del país, como lo contempla ya la de Morelos, se incluya la indispensable garantía; así como impulsar las correspondientes leyes secundarias en la capital de la República, que aseguren el cumplimiento de los preceptos constitucionales.
La historia de esta cruzada se inicia con la constitución de la Fapermex en 2002, en el Congreso Nacional de Organizaciones Periodísticas, convocado por el Club Primera Plana, también por iniciativa de su entonces presidente Teodoro Rentería Arróyave y Teodoro Raúl Rentería Villa, presidente y secretario, respectivamente, de la comisión organizadora.
La agenda del Congreso se centró en tres puntos básicos: las agresiones a los periodistas y sus medios, desarrollo profesional de los periodistas y mejoramiento social y económico de los comunicadores.
Como consecuencia de ese Congreso y los siguientes y de las Asambleas Nacionales de la Fapermex, se elabora la agenda legislativa pendiente del periodista, misma que destacaba en sus compromisos a conquistar, elevar a norma Constitucional el Secreto Profesional del Periodista. Ese documento, precisamente, fue el que se le entregó a Porfirio Muñoz Ledo y de inmediato, cabe decirlo, lo hizo suyo como colega distinguido que también lo es.
Antes, es de justicia decirlo, los compañeros de la Asociación de Periodistas y Comunicadores de Morelos (Apecomor), que encabezan Teodoro Raúl Rentería Villa y Pablo Rubén Villalobos Hernández, lograron que fuera Morelos el primero en elevar a rango constitucional el Secreto Profesional del Periodista, luego siguió Chihuahua.
Claro, este es un primer paso, relevante por cierto, para generar un entorno favorable que propicie las condiciones de seguridad básicas para el ejercicio del periodismo, faltan otros, como el esclarecimiento de todos los crímenes de periodistas, así como la protección que debe brindar el Estado a una actividad que fortalece a las propias garantías fundamentales, la democracia y la gobernabilidad.