Desde San Lázaro

TLCAN 2.0, a la vista

Los equipos de México, Canadá y Estados Unidos auguran el cierre de las pláticas sobre el TLCAN 2.0 para agosto; hay preocupación de que el acuerdo quede al gusto de Trump.

Las negociaciones en torno al TLCAN 2.0, ciertamente, a decir de los equipos de México, Estados Unidos y Canadá, pareciera que están a punto de concluir, empero habría que ver en qué términos y condiciones, sobre todo si son favorables para nuestro país.

Tanto el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, como Larry Kudlow, presidente del Consejo Nacional de la Casa Blanca, precisaron que las pláticas del TLCAN están encaminadas: "Esa es nuestra prioridad número uno". Auguran un cierre para el mes de agosto.

Para nadie es un secreto que las presiones de diversos sectores productivos de EU para que se concrete el acuerdo comercial van en aumento, y de igual manera las elecciones intermedias empujan para que el gobierno de Donald Trump acelere las negociaciones.

Otro factor que está incidiendo en el apresuramiento del acuerdo es precisamente la guerra comercial que hay entre los norteamericanos y los chinos, ante lo cual se requiere conformar un bloque unido de los tres países de Norteamérica.

Sin embargo, existe la preocupación real en nuestro país de que el TLCAN quede más al gusto de nuestros socios comerciales que de nosotros, y que por las prisas de tener listo el Tratado, se afecte al sector productivo del país.

La integración a la delegación mexicana de nuevos negociadores, como Jesús Seade, emanados del equipo de Andrés Manuel López Obrador, es una garantía para la concreción de acuerdos; empero existe la sospecha fundada de que al final del día nuestro país no cierre el acuerdo comercial que se necesita, sobre todo en áreas estratégicas de desarrollo de sectores como el automotor.

De hecho, aún quedan pendientes de resolver los temas de la temporalidad agrícola, la regla de origen automotriz y la cláusula de extinción quinquenal del TLCAN.

Tranquiliza la posición del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, que insiste en que el gobierno mexicano seguirá firme en su postura de no permitir condicionamientos por parte de Estados Unidos en el proceso de renegociación, como por ejemplo, el retirar los aranceles aplicados al aluminio y acero a cambio de concretar el nuevo acuerdo.

De parte de México, se insiste en que se redoblarán esfuerzos para asegurar que el TLCAN 2.0 impida el uso de disposiciones de seguridad nacional como herramientas proteccionistas.

La capacidad nata que tiene Donald Trump en el campo de la negociación es ya de sobra conocida por los mexicanos, quienes al principio se espantaban cada vez que el presidente estadounidense daba un manotazo en la mesa. Ahora, conociéndolo y con la información que se posee, de que ellos tienen cierta urgencia por terminar la renegociación, el tiempo corre a nuestro favor.

Durante agosto, seremos testigos de una serie de retahílas con tintes amenazantes de Trump y negociadores que pretenderán doblarle la mano a la delegación mexicana, para así tener un acuerdo a su modo, por lo que se deben cerrar filas tanto del equipo de Peña Nieto como el de López Obrador para que juntos resistan esos embates y logren lo mejor para nuestro país.

El presidente norteamericano seguirá insistiendo, por todos los caminos, sobre la construcción del muro fronterizo, y hasta el último momento tratará de obtener los recursos económicos necesarios para que se concrete esa descabellada e inútil idea, si salen del propio Tratado o de acuerdos paralelos que se firmen en lo oscurito, pues será su gran logro.

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