Análisis sin Fronteras

Eso les pasa por gandallas…

Los pesos y contrapesos que podrían controlar a un presidente o gobernador autoritario son débiles o nulos en México por la mezquindad de la clase política.

Eso les pasa por gandallas. Esta frase seguramente perseguirá a la vieja guardia de los partidos, que tendrán que reconocer su responsabilidad histórica en entregar el país a un individuo, a un partido, sin los pesos y contrapesos que protejan a todos de un gobierno autoritario.

Hago esta afirmación ante un reporte que publica la consultoría Integralia, en el que dibuja tres escenarios que podrían presentarse el 1 de julio. El escenario más factible, con base en las encuestas de esta semana, sería la "victoria abrumadora de AMLO: margen superior a ocho o diez puntos", donde Morena tendría mayoría en la Cámara de Diputados y sería la primera minoría en el Senado. En este escenario, según el reporte de Integralia, el partido de Andrés Manuel tendría la posibilidad de transitar por las cámaras reformas, aunque no reformas constitucionales hasta 2021, dependiendo de cuántas gubernaturas pudieran ganar Morena en el futuro.

En este escenario, el presidente Andrés Manuel López Obrador tendría pocos pesos y contrapesos ante las propuestas y dramáticas reformas que propone, que podrían tener un importante impacto en la economía, las relaciones exteriores, las reformas educativa y energética, y en la estrategia de seguridad. Y para expertos en estas diferentes materias, hay razones para estar preocupados.

Pero quiero ser clara que esta preocupación también la deberíamos de tener en cualquier situación, a nivel nacional y local, en la que un gobernante y su partido tienen la capacidad de imponer políticas públicas en las que hay pocos pesos y contrapesos. No es un tema el que Andrés Manuel llegue a ser presidente, el problema es que los pesos y contrapesos que podrían controlar a un presidente o gobernador autoritario son débiles o nulos en México, y tendrán poco éxito para ejercer presión la rama judicial, los partidos políticos, la competencia democrática, los medios de comunicación, la sociedad civil organizada, las constituciones, etcétera.

Podemos estar de acuerdo o en desacuerdo con la propuesta de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pero en lo que sí debemos estar todos de acuerdo es en que hay que proteger y promover mecanismos que aseguren que el gobernante se mantenga dentro de los caminos que fortalecen la cultura democrática. De lo contrario, volveríamos a un sistema del viejo PRI, donde el todopoderoso presidente decidía, sin poca preocupación por el Estado de derecho o las voces críticas de su mandato.

Ojo, esto tampoco no es un llamado para que salgan a votar por Ricardo Anaya. Es un llamado para que el voto útil sea para asegurar que existan diferentes fuerzas políticas en los tres niveles de gobierno, y no permitir que una fuerza domine todo.

Pero también hay que reconocer que estamos donde estamos porque la clase política fue gandalla. Además, fueron negligentes. Tuvieron la responsabilidad de asegurar que por lo menos algunos mecanismos de pesos y contrapesos pudieran estar listos para enfrentar esta eventualidad. Pero, en particular el PRI, asumió que serían ellos los que estarían disputándose de nuevo la presidencia y no querían compartir el poder.

¿Recuerdan el incipiente debate de la segunda vuelta? Un total de 26 países en el mundo utilizan la segunda vuelta electoral (también conocida como 'balotaje'), entre ellos están Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Austria, Francia, Polonia y Portugal. ¿En este momento qué darían todos los partidos por tener esa posibilidad ante la masacre política que enfrentan por el tsunami de Morena? Y fueron más que nada legisladores del PRI los que no permitieron abrir y promover esa reforma... por gandallas.

Uno de los pesos y contrapesos más importantes que se debatió y se aprobó en los últimos años fue una reforma que permitiría una Fiscalía General independiente y un Sistema Nacional Anticorrupción, con sus fiscales y magistrados respectivos, también independientes.

Y aunque existe la remota posibilidad de que en julio se tenga un periodo extraordinario para resolver algunos de estos nombramientos, la realidad es que es demasiado tarde para asegurar la credibilidad de estas nuevas instituciones. La presidencia, el PRI y el PAN querían sus fiscales y magistrados 'carnales', o por lo menos que tuvieran la posibilidad de voltear y no ver la corrupción de este sexenio y los gobiernos venideros. Y por gandallas, estos partidos le habrán dado a un presidente todo poderoso, como lo podría ser Andrés Manuel, la posibilidad de que implemente este sistema… Y seguramente él y Morena buscarán un fiscal general y un fiscal anticorrupción… a modo.

Porque los gandallas no tiene partido político.

COLUMNAS ANTERIORES

La peligrosa apuesta de Kamala: alegría y esperanza
Secretarios visibles y servibles

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.