Energía con H al Final

¿Sabes la clase de gasolina que estás comprando?

El de los combustibles es un negocio de entre 30 y 40 mil millones de dólares al año; en este escenario, las autoridades mantienen a Pemex en un monopolio disfrazado.

Si piensas que los litros incompletos es el principal riesgo al que te enfrentas en una gasolinera, estás equivocado. Hoy lo que preocupa a gasolineros y otros participantes de la industria -y sobre lo que deberíamos empezar a tomar parte como consumidores a bordo de nuestros coches- es la calidad de los combustibles, pues Pemex, como principal suministrador en el país, se ha convertido en juez y parte en las inspecciones obligatorias que se tienen que hacer desde la refinería que los producen (70 por ciento en el extranjero) hasta la bomba en la estación de servicio, pasando por ductos, barcos, terminales de almacenamiento y autotanques. Me explico.

La nueva legislación del mercado gasolinero exige que a lo largo de la cadena de suministro se hagan varias verificaciones al producto, todas ellas por laboratorios que estén palomeados por la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA) y autorizados por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), para garantizar que no se venda el combustible con más azufre, con el suficiente nivel de carburación, entre otros requisitos de la NOM-016-CRE-2016.

Bueno, pues resulta que la CRE permitió que Pemex sea uno de esos laboratorios para revisar la gasolina que ¡ellos mismos importan, transportan y venden!, argumentando que Pemex Transformación Industrial, Pemex Logística y PMI Comercio Internacional, este último como importador, tienen diferentes razones sociales, por lo que es posible que se revisen entre ellas (el chiste se cuenta sólo).

Esta situación ha dado pie -según circulares internas de la petrolera nacional a las que tuve acceso- a que Pemex transcriba, literalmente, las pruebas de salida que le realizan a su gasolina en la refinería procedente y no cuando llega a la terminal de reparto, a la pipa y mucho menos a la bomba donde la compramos.

Si bien es cierto que la CRE ha autorizado a alrededor de 100 empresas para realizar esta labor de inspección química de la gasolina, no todas cumplen con las especificaciones requeridas por la EMA, ni tienen capacidad para realizar todas las pruebas que se requieren, esto de acuerdo con datos públicos. Y adivinen quién sí cuenta con la suficiente infraestructura para lograrlo: sí, Pemex. Sin embargo, y como era de esperarse, la misma EMA da cuenta de que no todos sus laboratorios están en condiciones de hacerlo TODO.

En medio están empresas que sí le han invertido al negocio, estamos hablando de máquinas de alta tecnología de más de 600 mil dólares que están esperando a entrar en la dinámica, pero como Pemex no las deja, las pone en riesgo, lo que sería una lástima para la 'apertura energética'.

He reiterado en este espacio que el sector de los combustibles es el eslabón que el gobierno no ha podido conectar en la reforma energética, ya no digan con el consumidor, ahora con la propia industria, pues algunos gasolineros me han comentado que incluso Pemex les ha ofrecido hacer estas pruebas -que son de cada seis meses para las gasolineras- gratis. ¿Y quién paga? Tú y yo, por supuesto.

El de los combustibles es un negocio de entre 30 y 40 mil millones de dólares al año, y al controlar la calidad de los mismos, las autoridades mantienen a Pemex en un monopolio disfrazado para que no pierda, pero a un precio muy alto para la industria.

Incluso otros grupos gasolineros que han querido instalar sus propios laboratorios para analizar la gasolina que les llega a las terminales de almacenamiento que construyen en diferentes puntos del país, tampoco han sido autorizados por la CRE y una vez que inicien operaciones adivinen a quién tendrán que acudir… sí, a ellos.

¿De qué la gozan?

En los últimos años en Pemex han sido contratadas diferentes personalidades traídas de instituciones como Hacienda y el IMSS, entre otros, todos sin experiencia en el sector petrolero, pero colocados estratégicamente en posiciones de alta responsabilidad y también de alto riesgo operativo, como es el caso de Pemex Transformación Industrial y Pemex Exploración y Producción.

Entre ellos destacan casos como el de Verónica Barrera Arauz, la secretaria particular del director de Procura y Abastecimiento, quien ostenta nivel 44 de gerente; o Lilia Miguel Ortega, hermana de Tuffic, el actual director del IMSS; y otro como José Manuel Lofte Soto, coordinador de Procura, a quien se llevaron a Hacienda para ser un mejor enlace con Pemex.

Casos como el señalado anteriormente también se dan en la dirección de Pemex Exploración y Producción, donde Juan Javier Hinojosa impuso a Octavio Barrera Torres como subdirector de Confiabilidad, un área que conoce muy poco según dice en la oficina, pero que se la debía a Pancho Colorado Cessa, quien falleció recientemente en una cárcel de Texas.

El interés de estos personajes y de los jefes a los que siguen tal cual chapulines, brincando de dependencia en dependencia, es sólo conseguir un buen salario, préstamo administrativo, préstamo para casa y carro, entre otras 'prestaciones'. Ojo, una rayita más al tigre.

Que baje la luz

Al parecer la CRE, desde la oficina de Guillermo García Alcocer, habría presentado ante Hacienda los trabajos de la nueva tarifa eléctrica que no queda, y que 'se los tiraron a la basura', y entonces decidió tomar el timón en el asunto, pero no por alguna incompetencia de la CRE, sino porque dicen que en la oficina de José Antonio González Anaya ya trabajan una nueva versión con la que quieren bajar, sí o sí, los precios de la electricidad antes de julio.

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