Benito Solis

Comentarios sobre la renegociación del TLCAN

Solís habla de que al finalizar este proceso se otorga una mayor certidumbre a los inversionistas y un optimismo claro a los mercados.

La renegociación del TLCAN entre México y los Estados Unidos terminó de una manera positiva, lo que ha generado comentarios optimistas en ambas naciones, tanto en el medio político como empresarial; asimismo los mercados financieros tuvieron un comportamiento optimista tan pronto se supo esta noticia.

Este acuerdo beneficia tanto al presidente norteamericano, como a Peña Nieto y a López Obrador. Trump presenta el acuerdo logrado como una muestra de que es un buen negociador, al haber "doblegado a México", obligándonos a aceptar sus propuestas; ya que este sí es un buen acuerdo, que beneficiará a los norteamericanos. Esto lo capitalizará en las elecciones legislativas que serán en el mes de noviembre e incluso propone cambiarle el nombre para que sea claro que su cambio es profundo. Esto beneficia a nuestro país, ya que ahora no tenemos el "peor acuerdo que ha negociado los Estados Unidos", sino ya seremos un importante socio para su país.

Por su parte, el finalizar estas negociaciones confirman que la estrategia que siguió Peña Nieto fue la acertada, ya que Trump ofreció en su campaña salirse del TLCAN, como lo hizo con otros acuerdos como el TPP y el Acuerdo Climático de París; mientras que con el TLCAN sólo se renegoció y modernizó. Además se evitaron propuestas que eran negativas para nuestro país como es el de la estacionalidad de las exportaciones agrícolas, la terminación del tratado a los cinco años y otras más. En general, se mantiene la misma estructura del TLCAN, con cambios en algunos aspectos e incorporación o ampliación de temas como el comercio electrónico y los derechos de propiedad.

A López Obrador le conviene que sea el actual presidente el que firme el acuerdo, con lo que se quita la responsabilidad de los defectos y problemas de lo negociado. Además, ahora podrá concentrar más su atención y esfuerzos en sus propias prioridades.

Sin embargo, hay que estar conscientes que terminar las negociaciones del Tratado entre México y Estados Unidos no es el final del proceso. Faltan distintas etapas del mismo, que pueden complicarlo, modificarlo e incluso cancelarlo:

La incorporación a la mesa de negociación de Canadá y lograr que las mismas finalicen en unos cuantos días para ajustarse a los calendarios legislativos respectivos. Es importante que puedan resolver sus conflictos respecto al comercio de productos lácteos, de maderas, de derechos humanos y otros más.

En caso que nuestros socios comerciales no puedan llegar a un acuerdo a tiempo, definir si a nuestro país le conviene llegar a un acuerdo bilateral o mejor esperar que ellos puedan superar sus diferencias. Esto tiene el riesgo de que no se cumplan los plazos previstos, con lo que se tendría una firma final hasta el próximo año.

Posteriormente se tiene la etapa de la redacción legal de lo acordado en las negociaciones, en los distintos idiomas. Se requiere una participación activa de nuestros abogados para que el texto final refleje lo aprobado por los negociadores.

Las respectivas cámaras legislativas deben de aprobar el documento final. En esta etapa no se le pueden hacer cambios a las distintas cláusulas del acuerdo, sino sólo aprobarlo o rechazarlo en su conjunto. Es frecuente que los senadores utilicen su voto como medio de cambio para obtener beneficios para su estado o para conseguir votos para iniciativas que desean apoyar, lo que retrasa y dificulta la conclusión del acuerdo.

El presidente Trump ha mencionado que cancelaría el Tratado anterior y sería sustituido por el nuevo. Esto provoca el cambio de un acuerdo hacia otro con los problemas y riesgos implícitos del proceso.

A pesar de los puntos anteriores es indudable que finalizar este proceso otorga una mayor certidumbre a los inversionistas, en un cambio importante en el entorno político mexicano, lo cual beneficiará a los habitantes de nuestro país.

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