Benito Solis

Retos económicos que enfrentará el nuevo gobierno

Podríamos seguir el camino que han recorrido Alemania, Japón, China y Chile en cuanto a la inversión productiva, tanto pública como privada.

La semana pasada comenté que el país enfrenta cinco graves shocks externos, que no son motivo de debate en la opinión pública pero pueden provocar una grave crisis, de no ser correctamente atendidos. Los mismos son la drástica caída de los ingresos petroleros, el cambio del ciclo de tasas internacionales de interés, la reforma fiscal en Estados Unidos, la agresiva política antimexicana del gobierno estadounidense y el impacto de los terremotos del año pasado, así como el riesgo de una guerra comercial global. Hay que resaltar que a pesar de la gravedad del entorno externo la economía mexicana sigue creciendo. Sin embargo, una mala decisión en su manejo o importantes conflictos poselectorales pueden provocar una nueva crisis económica, como la sucedida en 1995.

Por otro lado, dentro del país existen diversos y numerosos problemas económicos, algunos son recientes pero otros llevan décadas sin resolverse y con el tiempo continúan agravándose. Entre los mismos destacan los siguientes: 1) Bajo crecimiento económico, que mantienen el ingreso per cápita estancado y que a su vez es causa de otros problemas como bajos sueldos y recaudación fiscal, alta y creciente economía informal, pesimismo social, etcétera. 2) Estancamiento de la productividad promedio laboral, sobre todo en la economía informal, lo que también influye de manera directa en los sueldos y salarios reales. 3) Concentración y desigual distribución del ingreso. 4) Baja inversión y ahorro interno como porcentajes del PIB. 5) Un débil Estado de derecho, esto es, incumplimiento de las diversas disposiciones legales, lo que inhibe la inversión e incrementa la delincuencia y la inseguridad.

Otros problemas económicos que existen en el país son: 6) Elevado porcentaje de la economía informal, creando así un gobierno informal paralelo en diversas partes del territorio nacional. 7) Altas y crecientes tasas internas de interés. 8) Presiones y elevada volatilidad del tipo de cambio. 9) Tasa de inflación con tendencia al alza, como se demostró el año pasado cuando subieron los salarios mínimos y el precio de la gasolina. 10) Presión sobre el gasto público y el déficit fiscal, que pone en riesgo la estabilidad macroeconómica. 11) Ineficiencia en diversas áreas del sector público, que propician la corrupción. 12) Falta de personal calificado con los requerimientos que demanda la actual revolución tecnológica. 13) Existencia de monopolios en sectores estratégicos, que elevan los costos y reducen la rentabilidad de los distintos proyectos. 14) Creciente pago de pensiones sin estar fondeadas de manera correcta. 15) La implementación de varias de las reformas estructurales aprobadas por el congreso, pero de las cuales se carece la legislación secundaria, etcétera.

Como se puede apreciar, varios de los problemas económicos enumerados anteriormente son causa y a su vez son resultado de otros más. Cada uno tiene sus propias características y dificultades, por lo que es absurdo pensar que existe una solución mágica que los resolvería todos como resultado de las elecciones. Cada uno de los mismos requiere para su solución a expertos con experiencia comprobada en instrumentar las miles de decisiones que se necesitan para ser resueltos.

Es imposible resolverlos todos en solo un sexenio, pero sí es posible crear las condiciones para avanzar en la dirección correcta. Tal vez el más importante y con el que se debería de iniciar el proceso para lograr un avance en la economía nacional es crear las condiciones para crecer de manera significativa. Esto permite crear empleos, elevar los sueldos y salarios, así como mejorar la distribución del ingreso. Otro beneficio es que aumenta la recaudación fiscal, lo que reduce el déficit del gobierno e incrementa el ahorro interno.

Esto sólo se puede lograr con un aumento significativo en la inversión productiva, tanto pública como privada. Este fue el camino que han seguido Alemania y Japón, China y Chile entre otros. Todos los instrumentos de política económica deberían de coordinarse para lograr este gran objetivo.

COLUMNAS ANTERIORES

El populismo sigue, mientras dure el dinero
El proximo gobierno enfrentará una economía muy deteriorada

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.