POR María Gabriela Feijoo Arévalo, CFO
Durante los últimos años, se ha dicho mucho sobre cómo el CFO (director de Finanzas) debe y se ha tenido que ir transformando para adaptarse a los nuevos tiempos.
En miras de la próxima entrega del premio al CFO del año, que el IMEF otorga como reconocimiento a altos directivos del mundo de las finanzas; me pongo un poco en los zapatos del jurado y pienso en lo difícil que es, en estos tiempos, evaluar o medir a un CFO, pues nos piden por un lado que conozcamos el detalle y seamos expertos, pero que a la vez generemos e impulsemos una visión estratégica a alto nivel.
Como bien dijo el ganador del premio del año 2017, Juan Pablo Sánchez Kanter: "El CFO tiene que cambiar, tiene que volverse exponencial, disruptor y tiene que hacer su labor con todo el equipo de la empresa…".
Juan Pablo, desde mi punto de vista, hablaba de ser agente de cambio, de influenciar y de inspirar. Ahora, ¿cómo lo logra un CFO?, ¿Cómo puede romper el molde que se le ha construido desde la antigüedad?, mejor dicho, ¿cómo puede completar su perfil para inspirar a la organización y liderar el cambio?
Primero que nada, debemos entender que el entorno nunca quiere cambio, por eso es de vital importancia que identifiquemos cuáles son los recursos o herramientas que nos van a ayudar en este nuevo camino o jornada. Una de sus principales cartas bajo la manga, es su equipo de trabajo.
El CFO debe construir y desarrollar equipos con altos potenciales, de alto desempeño, comprometidos, motivados y apasionados, para poder esparcir el cambio, con ellos y a través de ellos. Nuestros equipos siempre van a llegar a dónde nosotros no podemos, por falta de tiempo o de conocimiento, por eso debemos reconocerlos como aliados estratégicos a la hora de empezar el cambio en las organizaciones.
Otro recurso importante que el CFO debe tener a su alcance, y si no, debe desarrollarlo, es lo que en inglés se conoce como "political savvy" o inteligencia política.
En las organizaciones, la política no es un juego de "unos ganan y otros pierden", es más bien una parte neutral y natural que las personas conscientes de ella, pueden usar para influenciar de manera efectiva y lograr que todas las partes tengan un resultado positivo, que mejore y potencie a la organización.
Ser políticamente inteligente implica usar nuestras habilidades y comportamientos para ser más efectivos en las organizaciones.
Por último, considero que debemos ser ágiles. Esto es, estar listos, resistir y recuperarnos rápido de cualquier contratiempo. Debemos detectar oportunidades y amenazas y adaptarnos velozmente.
Todo CFO que haya pasado por una crisis financiera y haya subsistido, sabe muy bien de lo que estoy hablando. Como líderes debemos mover a nuestras organizaciones, pero a la vez ser capaces de cambiar el rumbo cada vez que sea necesario.
* Vicepresidenta de Membresías y del Grupo de CFOs CDMX