Universo Pyme

10 propuestas en el desierto

Torreblanca expone la problemática de las Pymes en el país y da un mensaje a los aspirantes presidenciales.

Continúan las campañas en pos de la presidencia sin que el tema Pyme sea digno de atención. Debería de serlo si nos fijamos en su numeralia: en México hay, según datos del Inegi, poco menos de cuatro millones 50 mil empresas micro, pequeñas o medianas, y en conjunto son las responsables de 77 por ciento del personal ocupado en el país.

Tan sólo las microempresas (hasta 10 empleados), en cuanto a número, son 97.6 por ciento del total de las Mipyme nacionales con 75.4 por ciento del empleo formal. Las pequeñas son el 2.0 por ciento con 13.5 por ciento de la ocupación.

Mantener el empleo, ofrecer mejores salarios, impulsarlas hacia las cadenas de valor o hacia la actividad exportadora, o simplemente proyectarlas para que no sólo abastezcan sus regiones sino al mercado estatal, regional o nacional (cerca de 70 por ciento abastece a su región, ni siquiera al estado al que pertenece) implica trabajar con este amplio segmento del ecosistema empresarial mexicano con programas de política pública específicos.

Las Pymes pueden no ser muy lucidoras como los grandes corporativos pero son la célula básica de la economía, aquí, en China o en cualquier otro país desarrollado o subdesarrollado. Mejorar el desempeño económico implica articular programas para estos segmentos empresariales.

A la fecha no hay propuestas más allá de la promesa genérica de 'crear conglomerados Pyme' que alguno de los candidatos llegó a expresar. Nada más.

Y lo que debiera hacer el ecosistema emprendedor y el empresarial mexicano, las cámaras empresariales u organismos del sector privado, colegiados o profesionales es tomar la iniciativa y plantear propuestas para que al menos los candidatos las conozcan y, en caso de tener suerte, las retomen o hagan suyas.

Como por ejemplo:

  • Establecer programas de profesionalización de libre acceso para empresas formales y sus empresarios, amén de avanzar en la eficiencia de su labor productiva, el mantenimiento del empleo y la mejora de los niveles salariales que conceda.
  • Impulsar el concepto de productividad que resultará clave para recomponer el tema del poder adquisitivo de los salarios en México.
  • Abatir aunque sea de manera parcial el rezago educativo que comprende a 33 millones de mexicanos gran parte de los cuales estarán trabajando en alguna empresa. En menos de cinco años se puede aspirar a que no haya en México trabajadores que no cuenten con preparatoria terminada.
  • Coordinación más estrecha entre la política económica nacional con las estatales y regionales para detectar y promover en consecuencia vocaciones productivas específicas.
  • Establecer programas particulares con los grandes compradores tanto del sector público como del privado para comprometer que a las micro, pequeña y mediana empresas habrán de pagarse en un plazo no mayor a los 31 días para erradicar las leoninas prácticas depredadoras de pagar a una pequeña empresa, por ejemplo, en 91 días e incluso en ocasiones hasta en 182 días como llega a pasar en algunas empresas productivas del Estado.
  • En el caso del nacimiento de las startups, tratar de ligar su nacimiento, hasta donde posible, a la satisfacción de las necesidades nacionales. Hacer siempre el mejor de los esfuerzos para que el surgimiento de empresas, gracias al concurso del recurso público, estén vinculadas a la atención de necesidades específicas en el país .
  • Procurar que aquellas empresas que han surgido del apoyo económico del gobierno federal tengan un tratamiento fiscal y del IMSS diferenciado al menos durante un lustro.

Empresas ganadoras del Premio Nacional del Emprendedor deberán contar con todo el apoyo público necesario para proyectarlas como proveedoras de grandes corporativos en México, sector público o exportación al menos durante un año de trabajo.

Impulsar acciones a nivel nacional para que las micro y pequeña empresas entiendan y promuevan la cultura de la productividad en sus unidades de negocio.

Toda empresa que procure ser proveedora de una gran empresa privada o del sector público en sus distintos niveles de responsabilidad deberán conceder un salario mínimo por encima que el marcado por la Cinasami.

No es tan complicado, señores aspirantes. Es cosa de pensarle un poquito.

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