Universo Pyme

¿Manotazo o 'Congreso Montessori'?

Eduardo Torreblanca señala que el autor intelectual de la propuesta de eliminar una veintena de comisiones bancarias es Ricardo Monreal.

Los pasados días jueves y el viernes fueron tensos en los mercados financieros mexicanos. El mensaje que se lanza por una supuesta iniciativa de ley que procura eliminar casi una veintena de comisiones bancarias fue suficiente para provocar el ajuste más pronunciado en el principal índice de la Bolsa Mexicana de Valores en siete años.

El equipo del presidente electo ya había probado de esas mieles. Lo hizo cuando anunció que la consulta popular, cuestionada, inconsistente y sin el soporte constitucional en torno al tema del aeropuerto había favorecido a Santa Lucía. El mercado de capitales se desplomó 4.3 por ciento.

Ahora, con la noticia de las "pretensiones de legisladores de Morena" el mercado bursátil se contrajo 5.8 por ciento. Ha de ser divertido para algunos legisladores jugar esos juegos porque los minimizan bajo el argumento o la creencia de que "luego se reponen".

Pero la que no se repone tan rápido o fácil o simplemente jamás se repone es la confianza.

El presidente electo afirmó que no "hay línea" al Congreso, Cámara de Diputados o de Senadores y que es respetuoso de la división de poderes.

Ricardo Monreal, padre de la iniciativa y que no la presenta personalmente en su momento ante sus pares legisladores (lo hace por conducto de una tercera legisladora que evidentemente no conocía ni el documento ni el tema) insistió en que nadie regaña o manotea al Congreso o específicamente al Senado. Agregó que la iniciativa VA.

Va a pesar de que minutos después de lo que él afirmó en torno al tema el presidente electo, en conferencia de prensa banquetera dijo que en su primera parte de gobierno no hará cambios en materia financiera que pudieran afectar la manera en la que estas instituciones vienen funcionando.

Es decir... No hay línea... No hay imposición de temas... No hay Congreso a modo...

Pero quienes conocen de los temas legislativos saben que esto no es cierto y que no hay posibilidad alguna de que aún en su falta de experiencia el asunto haya llegado hasta donde llegó nada más como un reflejo de la división de poderes .

Quien conozca a Ricardo Monreal sabe que esto es prácticamente imposible. Que es imposible que Ricardo haya sido rebasado por su creatividad y que haya cometido la imprudencia de "mandar a presentar" una iniciativa que él hizo para que una tercera diera la cara y que se provocara lo que se ocasionó en los mercados bursátiles de México y España.

No fue un "error". Fue un mensaje.

El mensaje de que en la puerta de Palacio Nacional se toca. De que "la mafia del poder" tiene que aprender a reconocer al nuevo interlocutor.

Benjamín Robles, legislador del PT presentó la idea de consultar si tiene sentido tomar parte de las reservas internacionales para fondear proyectos estratégicos de beneficio social. Fue un acto voluntario e irresponsable que ocasionó que el futuro secretario de Hacienda lo descalificara 24 horas después de que los costos de la idea se pudieran apreciar en los mercados financieros mexicanos.

Se le puede pasar a Robles pero no a Monreal.

Es posible e incluso deseable que las comisiones bancarias sean revisadas. Es probable que alguna o varias de ellas pudieran ser eliminadas. Pero para lograr lo anterior hay caminos que pueden seguirse y que no necesariamente ocasionan un ambiente de incertidumbre en los mercados financieros nacionales e internacionales.

Si esa propuesta se inserta como parte de una estrategia para impulsar seriamente la bancarización nacional serían las propias instituciones financieras las que consentirían la revisión del tema al lado del Banco de México, institución autónoma encargada precisamente de regular las comisiones de la banca comercial.

Caminar por la vereda del diálogo ofrecerá mayores y mejores frutos. Dar calambres a los factores de poder para que entiendan que el futuro régimen es distinto al que habrá de suceder no ofrecerá buenos resultados.

Tome una hoja de un cuaderno nuevo. Arránquela y hágala bolita. Luego extiéndala. Jamás llegará a ser como fue su estado natural antes que se le hubiera arrugado. Así es la confianza. Puede recuperarse después de mucho tiempo pero nunca será igual que antes del primer desencuentro.

Por lo pronto la incertidumbre ha avanzado. ¿Es lo que procuraban?

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