Universo Pyme

Villa 'Los Cipreses', por el gusto a la calidad de vida

El columnista escribe sobre esta Pyme de turismo que proviene de la medicina.

La historia de esta Pyme turística es peculiar sobre todo porque los motores de ella son científicos especialistas en distintas ramas de la medicina.

El, Gustavo Rubio Arguello, reconocido cirujano cardiovascular con prestigio a nivel nacional y eje de atención en Guadalajara Jalisco, ciudad a la que se mudo luego de haber burlado a la muerte el 19 de septiembre de 1985 cuando le tocó el terremoto en camino al Hospital que hoy ocupa el complejo Siglo XXI. Si hubiera llegado poco antes de su hora de ingreso habría muerto como sucedió con la inmensa mayoría de sus amigos cuyos cuerpos ayudó a rescatar.

Ella, doctora Verónica Escudero, con un amor especial por la medicina pero también por la naturaleza, por las flores, por las plantas, por la perfección, el diseño de interiores pero sobre todo por la Arquitectura, profesión que hubiese deseado estudiar luego de haber recorrido el largo camino de la preparación profesional para luchar por la salud.

Ambos médicos, esposos, iniciaron en el 2001 una aventura con una clara idea en mente: la vida para mejor vivirla no requiere de dinero ni de fama sino de calidad para vivirla. Y la calidad de vida es necesaria para encontrar valor en todo aquello que nos rodea, que es gratuito y que es lo que le da sabor y sentido a la existencia.

Acostumbrados a tratar con la ausencia de salud, y más él, luchar contra la muerte, decidieron, aún de enfrentar toda suerte de estrecheces derivadas del pago de las colegiaturas de sus hijos, iniciar la aventura de comprar una cabaña en un fraccionamiento, Lomas Verdes, en Mazamitla, Jalisco, a 120 kilómetros de Guadalajara. La idea inicial era tener un espacio en donde relajarse y convivir como familia escapando de las consultas y las urgencias médicas.

Pero Verónica tomó las riendas del proyecto impulsado por Gustavo y de la posible compra de una cabaña acabó siendo la compra de otras tres con la idea de poder rentar las que no fuera directamente ocupadas por ellos como familia.

La compra del terreno fue realizada en 2001 y en 2003, ya construidas las primeras cuatro cabañas, motivaron la contratación de un arquitecto que siguiera fielmente las recomendaciones o indicaciones específicas de la doctora. La idea era conseguir algo un poco más grande.

Compraron en 2012 dos mil 200 metros cuadrados y al término del 2014 ya fueron 10 cabañas que se conformaron como un hotel Boutique que hoy ofrece las mejores muestras de esmero hasta en el más pequeño de los detalles.

Cada cabaña tiene nombre de una flor distinta de gusto de la Dra. Primero Amapola, Tulipán, Alcatráz, Bugambilia, Anturio, Magnolia, Lavanda, Wisteria, entre las principales. Ocupaciones para seis personas o bien para los "luna mieleros"

La idea se ha conseguido: han generado trabajo entre familias de la zona, han capacitado a su personal para entregar un servicio de esmero, han conseguido que sus turistas tengan una estancia y trato de calidad.

Luego de pensar vender cuando los resultados financieros parecían desastrosos comprendieron que no querían obtener de las Villas dinero sino la satisfacción de dar un servicio de calidad sin que necesariamente el cometido les costara.

Y decidieron buscar asesoría. Localizaron a un exsecretario de Turismo para encontrar algunos tips pero solo recibieron la demanda de 250 mil pesos para poder disponer de algunas ideas.

Pero también han encontrado gente de buena voluntad que les ha señalado los caminos más importantes para lograr su cometido y luego de inscribirse en una Asociación de Haciendas y Casas Rurales de Jalisco, y apovechando el que Mazamitla es un Pueblo Mágico han obtenido mejorar significativamente su ocupación al grado de que ya la organización internacional YELP les permite tener un registro de turistas internacionales.

En Mazamitla, estas facilidades son bien reconocidas.

Incorporarán desayunos continentales y les ronda quizá la idea de especializar a esas Villas como parte de un turismo médico especializado en la atención de pacientes con algunos problemas cardiovasculares o como parte de un proceso de recuperación o diagnóstico. Aunque también les insisten en adaptar algún espacio para ser rentado por ejecutivos de medianas o grandes empresas en eventos internos de planeación estratégicas.

Finalmente la calidad de vida es lo que inicialmente buscaron como misión cosa que han logrado.

"No queremos que nos de dinero la iniciativa sino la enorme satisfacción de que quienes ocupan nuestras instalaciones se percaten que lo mejor de la vida nos rodea permanentemente". Y lo dicen quienes se hablan de tú con la enfermedad y la muerte.

COLUMNAS ANTERIORES

Universo Pyme a 15 años de nacido
Pierde México

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.