Desde el domingo 1 de julio hubo sospechas de que la elección para gobernador en Puebla podría haber sido manejada desde las instituciones del Estado. Había indicios de manipulación de información, retraso en la aparición de datos oficiales y, sobre todo, la violencia que se vivió en 70 casillas de la ciudad de Puebla y de otros municipios del estado. Esas casillas fueron asaltadas por delincuentes armados que amedrentaron a los presentes, golpearon y balearon a algunos funcionarios de casilla y del propio INE, que terminaron en el hospital, y hubo muertos relacionados con la jornada electoral.
El martes 3 de julio una serie de organizaciones civiles llamaron a una marcha, por lo que se apreciaba como una jornada violenta que reunió a alrededor de 20 mil personas. El 10 de julio, más de un centenar de académicos, empresarios y miembros de organizaciones civiles publicamos un desplegado a nivel nacional cuyo título era precisamente "apunta a una elección de Estado". En ese escrito, se reclamaba la creciente evidencia de compra de votos, la falta de actuación de las autoridades para atender los incidentes de violencia y mantener el orden el 1 de julio, el silencio del gobernador Antonio Gali Fayad al respecto, el cerco informativo a nivel local (con honrosas excepciones), y se mencionaban los indicios aparentes de discrepancias en los resultados del escrutinio. Este último punto apenas se vislumbraba, pues no había tiempo ni información para poder afirmar nada.
Una semana después, el 17 de julio, el matemático de la UNAM, Dr. Arturo Erdély Ruiz, hizo notar inconsistencias estadísticas que apuntaban a probables errores que podrían haber sido casuales o intencionales (https://tinyurl.com/yb5rrool). Surgieron nuevos indicios y evidencia de que algo muy raro se encontraba en los cómputos.
Mientras tanto, un grupo de investigadores liderados por el Dr. Miguel Reyes Hernández, de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, se abocó al estudio de dichas discrepancias con mucho mayor detalle (en esta liga se pueden bajar el reporte y los anexos completos https://tinyurl.com/yadgrkba). En dicho reporte, presentado el martes 18 de septiembre, la UIA CDMX muestra que hubo una variedad de inconsistencias en los cómputos de diversos tipos. Lo esencial, pero no lo único, es que hay una diferencia muy grande, de 145 mil 426 votos, entre la votación para presidente de la República y para gobernador del estado. En 40 mil 654 casos, la votación para gobernador es mayor que la votación para presidente (urnas embarazadas), y en otros 104 mil 772 casos la votación para presidente es mayor que para gobernador (extracción de boletas). Esta situación es extraña, pues significaría que casi 150 mil votantes (el 4.8 por ciento de la votación total), al recibir seis boletas, utilizarían sólo cinco.
Además de esta discrepancia hay otras irregularidades dignas de mención: los listados nominales no son los mismos para el IEE que para el INE, en el 73.9 por ciento de las casillas existen diferencias entre la votación para presidente y para gobernador. De una muestra que se estudió a detalle, que abarca el 12.1 por ciento de las casillas donde se encontró mayor discordancia, no existen actas oficiales, los datos son ilegibles, hay campos vacíos o exceden la lista nominal para el 20.2 por ciento de las casillas de la muestra. En el 92.1 por ciento de las actas revisadas en la muestra, los resultados de las actas no coinciden con el conteo distrital oficial, dependiente del Instituto Estatal Electoral.
La discrepancia de 145 mil 426 votos existentes en "urnas embarazadas" y en "urnas con boletas robadas" podría ser suficiente para voltear la elección, pues la diferencia entre los dos candidatos punteros es de 124 mil 792 votos solamente.
El pasado 8 de julio, el Instituto Estatal Electoral de Puebla le otorgó la constancia de mayoría a Martha Erika Alonso de Moreno Valle, la cual fue impugnada por el candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa. También impugnó el conteo realizado y solicitó que se hiciera de nueva cuenta. El Tribunal Electoral Estatal rechazó (dos votos contra uno) la solicitud de Morena y fue llevado al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Ayer en la noche, la Sala Superior resolvió por unanimidad ordenar el recuento completo en los 26 distritos electorales.
Independientemente de lo que resulte de dicho recuento, sigue viva la impugnación por la validez de la elección y la demanda para que se anule. Dicha impugnación sigue sin resolverse en el Tribunal Estatal Electoral. Dados los antecedentes de la actuación del Tribunal local, muchas veces cooptado por el morenovallismo, lo esperado es que rechacen la impugnación del candidato de Morena. Entonces el caso se irá a la Sala Superior del TEPJF.
Para esta última impugnación, ambos tribunales tienen ya mucha más evidencia para emitir su fallo. Lo que se perfilaba como un problema de consistencia en el escrutinio, ahora los investigadores de la UIA CDMX mostraron elocuentemente que las sospechas tenían fundamento. Cada vez más se apunta a que la jornada electoral de Puebla fue, además del "negrito en el arroz" de las elecciones de 2018, una elección en la que se apunta la intervención de las instituciones del Estado. Reprobable por todos lados.