Coordenadas

AMLO, Elba y el Estado de Derecho

El presidente electo ha llamado la atención sobre la necesidad de respetar el Estado de Derecho, mismo que se desdibuja en casos como el de Elba Esther, explica Enrique Quintana.

No es noticia, pero no por eso deja de ser relevante.

De acuerdo con el Índice de The World Justice Project, una organización independiente que mide el Estado de Derecho en el mundo, México está ubicado en la posición 92 de un conjunto de 113 países, en materia de cumplimiento de la ley.

En América Latina sólo estamos arriba de Guatemala, Nicaragua, Honduras, Bolivia y Venezuela.

La referencia anterior viene a cuento por dos asuntos.

El primero es la notificación del juez Miguel Ángel Aguilar López en el sentido de que las pruebas que pretendían inculpar a Elba Esther Gordillo por el delito de lavado de dinero y que fueron presentadas por la PGR, fueron obtenidas de manera ilegal. Con ello, todo el proceso se vino abajo.

Lo segundo es el párrafo del discurso de AMLO al recibir su constancia de Presidente Electo que refiere lo siguiente:

"…la gente votó para que exista en México un verdadero Estado de Derecho; el pueblo quiere legalidad, no la simulación que en la aplicación de la ley ha persistido desde el porfiriato".

Cuando se aprecia un caso como el de Elba Esther Gordillo no queda sino pensar que el juicio externado por AMLO tiene mucho de realidad.

Su caso es quizás la mejor ilustración de que el sistema de justicia en México es tremendamente deficiente o altamente sospechoso, o las dos cosas.

Uno puede cuestionar las prácticas políticas o sindicales de Elba Esther, pero el resultado de un proceso que duró prácticamente todo el sexenio, da pie a esas dos hipótesis: o la procuración de justicia es altamente deficiente por que la PGR no pudo integrar el caso de manera correcta, o se trató de un uso político de la procuración de justicia que tenía como objetivo quitar de en medio a un adversario político.

El énfasis que López Obrador puso en el tema del Estado de Derecho es alentador, pues no fue un tema que estuviera presente de manera sistemática en su campaña.

De hecho, uno de los temores más generalizados en el sector privado era precisamente la percepción de que el hoy Presidente Electo tenía en poca estima al Estado de Derecho.

La aparición de este concepto en el discurso tras la entrega de su constancia, hace un par de días, imprimió otro tono a su alocución.

La narrativa de AMLO, por cierto, también es consistente con los ingredientes de Estado de Derecho más deficitarios en México.

De acuerdo con The World Justice Project, el aspecto en el que México está peor es en materia de justicia criminal, pues se ubica en la posición número 105 entre 113 países; el segundo peor atributo tiene que ver con la corrupción, en donde estamos en la posición 102 de las mismas 113 naciones.

Será muy complicado fortalecer el Estado de Derecho en México. La problemática es muy compleja y tiene que ver con temas que van desde el diseño de las instituciones hasta los salarios de los policías municipales, pasando por decenas y decenas de ámbitos.

No habrá soluciones sencillas ni milagrosas. Van a ser complejas, tardadas y en el camino de instrumentarlas se van a cometer errores.

Pero, ya es un avance el reconocimiento del próximo Jefe del Ejecutivo a la gravedad de esta problemática.

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