En las últimas semanas antes de la elección se corrieron versiones a propósito de diversos temas, que no son otra cosa que mitos, pero que aún personas bien informadas llegaron a tomarlos en serio.
Aquí va una lista de algunos de ellos.
1.- Los indecisos iban a cerrar la elección.
A través de presuntas encuestas, que en realidad eran propaganda, se decía que los votantes indecisos iban a inclinar la balanza hacia el candidato del PRI. Como aquí explicamos varias ocasiones, históricamente se ha visto que muchos indecisos acaban por no votar y los que lo hacen, distribuyen su voto de manera parecida a los que sí manifiestan una inclinación. La encuesta de salida realizada por EL FINANCIERO mostró que quienes decidieron su voto hasta el día de la elección votaron en un 45 por ciento por AMLO y quienes lo hicieron en la última semana se inclinaron en un 40 por ciento por el candidato ganador.
2.- El voto duro priista iba a garantizar 20 puntos al menos.
Sólo 13 por ciento de quienes acudieron a las urnas dijo ser simpatizante del PRI. Y de cada 10 priistas, sólo ocho votaron por Meade. Es decir, el 'voto duro' priista en realidad fue equivalente a 10 puntos de la votación total, la mitad de lo que se decía. Y entre los que no tienen inclinación por ningún partido, Meade obtuvo otros cinco puntos. Claramente lo que explicó el desplome de la votación del PRI fue que la famosa maquinaria priista simplemente no funcionó.
3.- El 'voto útil' se iría hacia Anaya.
Por Ricardo Anaya votaron 90 por ciento de quienes se identifican con el PAN, que corresponde a 12 por ciento del total de los electores. Pero ya sólo 2.0 por ciento de los electores se identifica con el PRD, y de éstos, menos de la mitad se fue con Anaya, la otra mitad con AMLO. Y, además, en su votación total, apenas 0.7 por ciento correspondió a votos de priistas. Obtuvo cerca de nueve puntos de quienes no tienen ninguna orientación partidista. En suma, no hubo voto útil significativo.
4.- Iban a fallar las encuestas.
Faltando una semana para las elecciones, se escuchaba aquí y allá que iban a fallar las encuestas, que éstas no votaban y que lo que contaba era la voluntad de la ciudadanía. Puro rollo.
Se demostró, como aquí lo dijimos una y otra vez, que las encuestas bien hechas pueden anticipar razonablemente las tendencias de la elección. Y, por cierto, los cálculos de la encuesta de EL FINANCIERO publicada el 27 de junio, sobre la base de votantes probables, resultó la más certera de cuantas se publicaron en este periodo.
5.- El dólar se iba a disparar si ganaba AMLO.
Ayer, el tipo de cambio del peso frente al dólar estaba por la noche en 19.47 unidades. Se decía que la elección de López Obrador iba a producir pánico entre los inversionistas. Los riesgos implícitos de la elección fueron descontados hace ya bastantes semanas, y desde el viernes el dólar empezó a venirse para abajo.
Como aquí le dijimos, los inversionistas estarán a la espera de señales en los próximos meses y observarán las acciones del nuevo gobierno.
No van a actuar sin evidencias claras de lo que pueden esperar. Nos vemos en diciembre.