Ayer le comentamos en este espacio el reporte electoral enviado por Integralia a sus clientes, en el cual dibuja la composición del Congreso, en tres escenarios.
Permítame concentrarme fundamentalmente en uno de ellos, es decir, el triunfo de AMLO por un margen de ocho a 10 puntos o más.
Veamos qué nos dicen las últimas encuestas sobre la intención de voto por diputados.
Si consideramos el promedio de las encuestas difundidas después del primer debate, que además incluyeron una pregunta sobre intención de voto para diputados (Parametría, BCG y Reforma) encontramos que Morena obtendría el 36 por ciento; el PAN, 24 por ciento; el PRI, 17 por ciento; el PRD, 6.0 por ciento; el PT, 5.0 por ciento; Movimiento Ciudadano, 4.0 por ciento; PVEM, 3.0 por ciento; independientes, 2.0 por ciento; Panal, 2.0 por ciento; y, PES, 1.0 por ciento.
Estas cifras coinciden esencialmente con el escenario planteado por Integralia, pues el bloque que respalda a AMLO obtendría 42 por ciento, lo que le permitiría aspirar a la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, ya sumados los diputados plurinominales que obtuvieran.
Si no hubiera suficiente dispersión geográfica de los votos, entonces no hay que descartar que pudiera presentarse el segundo escenario, en el cual el bloque de partidos que respaldan a AMLO no logra la mayoría absoluta, pero se queda como primera minoría en la Cámara.
En el caso de la Cámara de Senadores, la complejidad es mayor. Hay tres criterios de elección. 64 senadores se eligen por mayoría directa en cada estado. Es decir, hay dos senadores de la fórmula que gana. Luego hay 32 que ingresan a la Cámara como primera minoría y otros 32 que llegan por representación proporcional.
Esta distribución favorece a los partidos que tienen mayor presencia nacional, pues el triunfo en un estado pequeño da dos escaños, los mismos que en una entidad en la que el padrón es varias veces más grande.
Aunque no se han hecho públicas 32 encuestas domiciliarias para determinar lo que suceda con los resultados, el análisis de la intención de voto presidencial permite concluir que ni con un triunfo amplio en las elecciones presidenciales, al bloque de partidos que respaldan a AMLO le alcanzará para tener mayoría absoluta en esta Cámara, pues sobre todo Morena concentra sus simpatías en entidades con un padrón voluminoso, pero no tiene presencia nacional como primera o segunda fuerza.
¿Qué implicaciones se producen por esta composición?
La primera es que, por lo menos en un primer momento, a Morena y sus aliados no les alcanzarán los votos para aprobar por sí mismos leyes, a excepción del Presupuesto de Egresos, en el caso de que obtengan mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.
Eso implica que tendrían que negociar acuerdos con otras fuerzas políticas.
Y, desde luego, que no habría espacio para modificaciones constitucionales, que requieren las dos terceras partes, salvo pacto con otras fuerzas.
Quizás por eso, AMLO ha planteado que en los primeros años de su mandato no habría reformas importantes y se ceñiría a las acciones que pueden emprender el Ejecutivo.
Tal vez la apuesta está en que en el curso de su hipotética administración pudiera atraer a senadores de otras fuerzas y además lograr una mayoría más amplia entre los diputados.
Seguiremos próximamente con el análisis.