Hay consenso en el país en que los dos problemas más graves que sufre México son la inseguridad pública y la corrupción.
En medio del ruido político, no tuvo suficiente atención la información que respecto al tema de corrupción dio a conocer el Inegi la semana pasada, mediante su Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental.
No se trata de la corrupción en todas sus dimensiones, pero sí la que padece de manera más frecuente el ciudadano promedio, cuando realiza trámites y gestiones ante la autoridad.
De entrada, el primer hecho que hay que destacar es que las cifras del Inegi sí muestran un incremento en la percepción de corrupción.
En 2013, el porcentaje de los encuestados que manifestó haber padecido un acto de corrupción en su contacto con algún servidor público fue de 12.08 por ciento. En 2017, ese porcentaje subió a 14.63 por ciento.
Aunque el incremento relativo es de 2.55 puntos, en términos absolutos significa que creció en 21 por ciento el número de personas, por cada 100 mil habitantes, que padecieron un acto de corrupción el año pasado respecto a 2013.
No es sorpresa que el ámbito en el que haya más corrupción, de acuerdo con el estudio del Inegi, sea el de la seguridad pública. En este caso, 59 por ciento de los entrevistados refirieron haber padecido corrupción.
El segundo lugar se lo llevan los trámites relacionados con la propiedad, con 30.7 por ciento; y el tercer lugar lo tienen las gestiones relacionadas con el Ministerio Público, con 25 por ciento.
Entre los trámites más usuales, el que aparece con el menor porcentaje de prevalencia de corrupción es el pago del servicio de luz, apenas con 2.0 por ciento.
El Inegi también cuantificó lo que se paga por mordidas. La dádiva promedio para los servidores públicos en los trámites más usuales es de dos mil 273 pesos.
Claro que es diferente según el tipo de trámite. Para las autoridades de seguridad pública, el pago promedio es de 861 pesos, mientras que, por ejemplo, los trámites en el Registro Civil suponen pagos de mordida de 454 pesos en promedio.
¿Y quiénes son los campeones de la corrupción en el país?
En el primer lugar aparece la Ciudad de México, con una tasa de 20 por ciento; la medalla de plata se la lleva Quintana Roo, con 17.6 por ciento; mientras que el tercer lugar corresponde a Morelos, con 17.2 por ciento.
En el otro extremo, el estado con menor prevalencia de corrupción a escala nacional es Guanajuato, con una tasa de 8.9 por ciento.
Finalmente, la encuesta pregunta por el nivel de confianza que los ciudadanos tienen a diversas instituciones.
Los más desprestigiados son los partidos políticos, a los que sólo les tienen confianza 17.8 por ciento de los ciudadanos; luego están los diputados y senadores, con 20.6 por ciento de confianza; y en antepenúltimo lugar el gobierno federal, cuyo nivel de confianza es de 25.5 por ciento.
En el otro extremo, le tenemos confianza a nuestros familiares, con un 87 por ciento de porcentaje; para sorpresa de algunos, en segundo lugar se encuentran las universidades públicas, con un porcentaje de 77 por ciento; y en tercer lugar están las escuelas públicas básicas, con un 75 por ciento.