Finalmente se ha definido que será a través de una consulta con urnas como se tome la decisión respecto a si continuar con el proyecto para la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco o desarrollarlo en Santa Lucía.
Ese hecho cambia todo e incrementa dramáticamente la probabilidad de que el proyecto de Texcoco vaya a ser cancelado.
Hace algunas semanas se hablaba de que la consulta a la opinión pública se realizaría mediante el levantamiento de encuestas. Se habló incluso de que serían tres casas encuestadoras las que la realizarían.
Ayer, el próximo coordinador de comunicación social de la Presidencia estableció que también habrá encuesta, pero desestimó la posibilidad de que dé un resultado diferente al de la consulta.
Como abajo le expongo, lo más probable es que sí haya discrepancia.
El Financiero presenta hoy su tercera encuesta telefónica nacional en la que a la pregunta de si la gente prefiere que el proyecto siga en Texcoco, hay un 62 por ciento de respuestas favorables, mientras que el 25 por ciento se expresa a favor de desarrollarlo en Santa Lucía.
Otros encuestadores han hecho ejercicios semejantes, con resultados parecidos.
¿Significa esto que en la consulta se obtendrá también un resultado favorable a Texcoco?
Es poco probable.
La razón es que una encuesta nacional hace la selección de una muestra representativa de la población de todo el país, lo que se garantiza mediante la selección aleatoria de los encuestados.
Una consulta no garantiza esa representatividad, pues el hecho de que el interesado en expresar su opinión deba acudir a un puesto de votación, implica ya un sesgo.
Hay grupos que han estado activamente organizados y movilizados para oponerse al proyecto de Texcoco, mientras que no hay una organización equiparable entre quienes quieren que el proyecto siga allí.
Enrique Calderón Alzati, presidente de la Fundación Arturo Ronsenblueth, que hará el conteo de los votos, señaló que, de acuerdo con experiencias previas, estima una participación de 100 mil a 500 mil personas.
El listado nominal del INE es de 89.5 millones de personas. Es decir, la participación rondará entre el 0.1 al 0.6 por ciento del padrón.
Con un porcentaje de esa dimensión, podría haber un resultado de 90 por ciento favorable a dejar atrás el proyecto de Texcoco, al margen de lo que digan las encuestas.
Aún falta conocer qué es lo que va a decir la papeleta que tendrá que marcar la gente antes de introducirla a una urna que estará disponible cuatro días, del jueves 25 al domingo 28 de octubre.
Hasta hace poco, parecía que había realmente un interés de parte de AMLO y el equipo en no cargar los dados y mantenerse imparciales.
Con la definición que ya se ha anunciado, y de la que se darán más detalles mañana, todo indica que se quiere empujar a Santa Lucía… con todo lo que ello implica.
Si las cosas son como parecen, es probable que el 29 de octubre cuando abran los mercados tengamos la primera sacudida importante de esta transición, por el efecto que tendría el que se cancelara el proyecto de infraestructura más importante del país en varios años.
Hay indicios de una contienda interna en el equipo de transición que parecieran estar perdiendo quienes quieren preservar la estabilidad y el crecimiento.
Veremos si es así.