El tipo de cambio del peso frente al dólar ha sido, por mucho tiempo, uno de los termómetros más precisos de la percepción que tienen los inversionistas respecto al riesgo que existe en México.
Esto se hizo obvio cuando ocurrió la elección de Trump. La paridad se fue de 18.32 pesos el 8 de noviembre de 2016 a 20.84 pesos al cierre del 11 de ese mes.
La razón es que se consideraba que había un alto riesgo de que el presidente de EU decidiera salir del TLCAN tan pronto como comenzara su mandato, lo que creaba una gran incertidumbre en México.
Al paso de los meses, en lugar de que EU saliera del TLCAN comenzó un proceso de renegociación, que aún continúa.
Antes del proceso electoral del 1 de julio, la paridad bajó a 18.01 pesos a principios de abril.
La casi segura victoria de AMLO volvió a generar una condición de incertidumbre. La cotización llegó a un nivel de 20.87 pesos el 14 de junio, una quincena antes de las elecciones.
Al paso de los meses, la renegociación del TLCAN condujo a un entendimiento entre México y EU, que fue anunciado por los presidentes de los dos países.
También, conforme pasó el tiempo, se fue diluyendo lo que se consideraba el mayor riesgo de la nueva administración, que se temía fuera una visión laxa respecto a la disciplina fiscal y financiera.
Hubo expresiones claras del equipo de transición y del propio presidente electo, a propósito de la disposición del nuevo gobierno a preservar finanzas públicas sanas.
Eso quitó inquietudes y presiones. Sin embargo, no hubo una convicción plena de que el nuevo gobierno tuviera realmente la capacidad para equilibrar las finanzas públicas.
Se percibe que la demanda de recursos derivada de los nuevos programas y proyectos probablemente no sea compatible con el objetivo de equilibrio de las finanzas públicas.
Y, en el caso del TLCAN el problema fue la ausencia de Canadá. Siguen existiendo dudas respecto a la posibilidad de aterrizar un tratado bilateral, y eso genera inquietudes.
De no haber estas interrogantes respecto a los dos grandes condicionamientos del futuro, tendríamos una paridad del peso frente al dólar inferior a los 18 pesos, téngalo por seguro, en lugar de los 18.77 que hemos tenidos la noche del miércoles.
En el fondo, lo que sigue en el ambiente es una sensación de duda, aunque acotada.
Si persistieran las incertidumbres, la paridad estaría ya cerca de los 20 pesos o incluso más arriba.
Pero, si se hubieran ya resuelto todas las interrogantes, estaríamos debajo de los 18 pesos.
El escenario de una apreciación mayor de nuestra moneda no es descartable. Pero, sigue habiendo dudas y presiones.
Imagine por un momento que en los siguientes días se sumara Canadá al TLCAN y que López Obrador regresara a su discurso mesurado y conciliador.
En ese caso, es probable que antes del 1 de diciembre viéramos una paridad por debajo de los 18 pesos.
Pero, si Canadá lleva las cosas al extremo y AMLO aprovecha las diferentes estaciones de su gira para insistir en su discurso radical, entonces tampoco es descartable un dólar cercano o incluso superior a los 20 pesos.
Como quien dice, en materia cambiaria, seguimos en la incertidumbre.