Está sucediendo lo impensable. En la defensa del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica ya no sólo están empresarios y políticos. Ayer se lanzaron a la palestra generales y almirantes.
En una inusual carta dirigida al presidente Trump, cuatro excomandantes del Comando Norte y seis del Comando Sur defienden la permanencia de Estados Unidos en el TLCAN.
El más veterano de los firmantes de la carta es el general Barry R. McCaffrey, toda una personalidad en el Ejército de Estados Unidos, y quien dirigió el Comando Sur entre 1994 y 1996. Lo conocemos muy bien en México por haber encabezado la Oficina Nacional de Control de la Política Antidrogas durante la administración Clinton de 1996 a 2001.
Otro de los firmantes es el almirante William E. Gortney, quien encabezó el Comando Norte entre 2014 y 2016. Previamente fue comandante del Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD) y comandante de las Fuerzas Navales de Norteamérica.
Y, de ese rango y trayectoria hay otros ocho firmantes.
No hay precedente de que un grupo tan destacado de militares haga activismo a favor de un acuerdo comercial.
La carta no tiene desperdicio.
Permítame citar sólo un par de párrafos:
"Sin el NAFTA, la cooperación con nuestros vecinos de Norteamérica será menos probable, debilitando nuestra capacidad para confrontar retos de seguridad. Y en un sentido más amplio, relanzar NAFTA podría asegurar que nuestros aliados, globalmente, puedan continuar dependiendo de nuestras determinaciones, particularmente ahora que China deviene cada vez más asertiva".
Y concluye, poco más adelante:
"Señor Presidente, NAFTA es mucho más que un acuerdo comercial, es un aspecto central de nuestra seguridad nacional. Con todo respeto, lo invitamos a modernizar y fortalecer el Acuerdo, sobre una base de beneficio mutuo, y de esta manera, aseguramos que forme parte del arsenal estratégico de Estados Unidos por muchos años más".
Ya no se trata de un grupo de empresarios defendiendo sus ganancias, sino de notables excomandantes, argumentando a favor de la seguridad nacional de Estados Unidos.
Trump podría enfrentarse a empresarios o a políticos, pero el costo sería mucho mayor si sus decisiones lo confrontan con influyentes miembros de las Fuerzas Armadas.
Hay un trabajo silencioso que ha estado haciendo el gobierno mexicano, especialmente en este caso, la Cancillería y los miembros de las Fuerzas Armadas, la Marina y el Ejército. Han asumido los costos políticos de acercarse al establishment norteamericano, y ahora están cosechando espectacularmente los resultados.
Apenas ayer le hablábamos de la amplia coalición de intereses que está defendiendo el TLCAN desde Estados Unidos, pero esa defensa adquiere otra calidad cuando este grupo de militares le dice a Trump: mantener el TLCAN es un asunto de seguridad nacional para Estados Unidos.
Los negociadores mexicanos podrán sentirse mucho más tranquilos con ese respaldo y con mayor espacio para buscar acuerdos que sean constructivos para todas las partes.
Con Trump, el riesgo de que algo inesperado ocurra, siempre estará latente, pero con lo que hemos visto en los últimos días, quizá podamos estar un poco más tranquilos por nuestros inesperados aliados del Ejército y la Marina de Estados Unidos.