En esta época en la que empiezan a conocerse las propuestas de los candidatos a la presidencia, el futuro de las empresas productivas del Estado debería de ser un tema de gran relevancia. Hasta ahora, se han observado algunos planteamientos para el sector de energía que implican retrasar el reloj 60 años, y no hemos visto todavía a alguien que proponga qué hay que hacer en Pemex y CFE para que se conviertan en verdaderas empresas rentables y globales.
Las grandes empresas estatales de petróleo en el mundo no se limitan a explotar sus propios recursos naturales dentro de su territorio. Todas ellas tienen una fuerte presencia global. Por ejemplo, Petrobras, una empresa que hace unos años era más pequeña que Pemex o PDVSA, no sólo ha tenido un gran éxito en sus asociaciones con petroleras internacionales en la exploración de aguas profundas, en su plataforma continental, sino que ha logrado asociaciones con Shell en el norte del Golfo de México, con PDVSA de Venezuela e incluso con Cuba, y hasta tuvo durante cinco años una refinería en Okinawa, Japón, que vendió a finales de 2016. Esto independientemente de la corrupción que también se ha dado en esta empresa.
Algunas de ellas, como Statoil de Noruega, o la Petrolera de China (CNPC), o la brasileña Petrobras han listado o colocado sus acciones en los centros financieros internacionales, se financian por deuda y capital privado; aunque mantienen la mayoría de las acciones en manos del Estado, reportan sus estados financieros a los mercados internacionales, y se sujetan a las mismas regulaciones de revelación y gobierno corporativo que las empresas privadas en bolsa.
La petrolera china realizó en 2008 la colocación más grande en la historia hasta esa fecha por un monto superior a 22 mil millones de dólares. CNPC está buscando crudo en todo el mundo. Ahora piensa invertir 289 millones en las áreas de aguas profundas del Golfo de México que ganó en la ronda 1.4 en 2016.
Aramco, la empresa de petróleo más grande del mundo, de Arabia Saudita, también está pensando en hacer una colocación accionaria global, la cual podría llegar a ser la más grande en la historia, con una posible valuación superior a dos billones de dólares, (dos trillions en inglés). La empresa ha tenido que retrasar la misma, esperando un mejor momento en los precios de los hidrocarburos, probablemente para el año entrante.
Si nos asomamos a las empresas estatales del sector eléctrico tenemos lo mismo: EDF Electricite de France tiene presencia en más de 50 países; la compañía Ente nazionale per l'energia elettrica de Italia, ENEI, está presente en cuatro continentes; en la española Endesa 70 por ciento del capital lo tiene ENEI. Vattenfall es una compañía de energía eléctrica estatal sueca. Más allá de Suecia, la compañía genera electricidad en el Reino Unido, en Polonia, Dinamarca, Finlandia, Alemania y en Países Bajos.
La colocación del capital de las empresas estatales en bolsa no es 'vender a la patria'. Representa una enorme oportunidad para ir hacia el futuro. Para que nuestras empresas puedan convertirse en empresas rentables y de clase mundial. Para que, al adoptar las mejores prácticas corporativas dejen de ser manejadas por los políticos, y con criterios políticos.
Hoy en día todavía está sin resolución en la Suprema Corte de Justicia de la Nación la controversia entre la Comisión Reguladora de Energía y la CFE en materia de generación distribuida, en donde los ciudadanos deberían tener el derecho a vender sus excedentes de energía provenientes de paneles solares a la CFE.
La colocación de capital de estas empresas en los mercados globales permite que puedan tener acceso a fuentes de financiamiento que hoy no tienen y las limitan.
Estas empresas son claves para que el modelo económico funcione congruentemente ¿Están bien manejadas? Los integrantes de sus consejos de administración, ¿son los que deben estar? ¿El tamaño de su nómina va de acuerdo con su productividad?
Al convertirlas en verdaderas empresas globales, los ingresos del erario vía impuestos y dividendos tenderán a aumentar. Noruega tiene uno de los fondos país más grandes del mundo con base en la renta petrolera. En nuestra reforma de energía constituimos el Fondo Mexicano de Petróleo, que al igual que el de Noruega, lo administra el Banco Central (Banxico). ¿Cuánto dinero ha caído a este fondo?