Perspectiva Bursamétrica

Las expectativas de inflación y de mayor costo del dinero, al alza

O'Farrill habla del repunte de la inflación y de cómo Banco de México tendrá que volver a actuar para acotar un posible aumento en las expectativas

Los datos de inflación de agosto nos vuelven a llevar a revisar las expectativas de más largo plazo, en función de lo que podríamos ver en los siguientes meses. En agosto, el índice Nacional de Precios al Consumidor nos dio un incremento de 0.58 por ciento en el mes, lo que nos da un incremento en los últimos 12 meses del 4.90 por ciento anual. Con esto, sigue marcándose una tendencia alcista en la evolución de los precios. La inflación anual ha venido aumentando consistentemente a partir de mayo.

Descomponiendo el indicador en sus principales componentes se observa que el índice de precios subyacente registró un incremento de 0.25 por ciento lo que equivale a una tasa anual de 3.63 por ciento, mismo nivel que el mes previo; por su parte, el componente de precios no subyacente aumentó 1.61 por ciento mensual, registrando una tasa anual de 8.80 por ciento.

Claramente es en este último segmento en donde se está teniendo la presión más intensa en los precios: los precios de los productos agropecuarios subieron 1.90 por ciento en el mes, mientras que los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno 1.42 por ciento mensual.

El problema es que estos datos van a ameritar una revisión generalizada de las estimaciones de inflación por parte de los analistas económicos. En la economía las expectativas juegan un papel fundamental en la evolución de las variables. Un incremento en las expectativas, de por sí puede generar más inflación. Así que el Banco de México va a tener que volver a actuar para acotar este posible aumento en las expectativas.

De aquí que es muy probable que en la próxima reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, se tenga que volver a incrementar la tasa de referencia, al unísono de lo que la Reserva Federal va a tener que hacer para contener la demanda agregada en la economía de los Estados Unidos e ir normalizando gradualmente su política monetaria.

Es muy importante destacar que nuestra inflación, como lo acabamos de señalar al ver el componente no subyacente, es una inflación de costos. Mientras que las presiones inflacionarias en la economía norteamericana son principalmente derivadas de una expansión de la demanda.

Los salarios en Estados Unidos están subiendo en 2.9 por ciento anual y el empleo sigue mostrando síntomas de muy poca holgura al presentarse una tasa de desempleo de 3.9 por ciento, que ubica al mercado laboral en zona de pleno empleo.

La perspectiva de la inflación para nuestro país luce muy complicada para el cierre del año. Este fin de semana pasado vimos la aplicación de un incremento de entre el 12 al 18 por ciento en las tarifas de peaje en 37 autopistas y libramientos, así como en tres puentes internacionales. Dado que en nuestro país los perecederos se transportan principalmente por carretera, este incremento de costos de transporte va a presionar a los precios de los alimentos.

Si al análisis le agregamos los posibles impactos de las promesas del próximo gobierno de incrementar las dádivas sociales a partir del 1º de diciembre próximo, e incrementar el salario mínimo en la franja fronteriza, vamos a tener dos efectos: uno, la expansión de la demanda agregada con el incremento artificial del ingreso de las familias, y una mayor presión salarial que se va a resentir en distintas regiones y sectores económicos, con lo que las expectativas de inflación van a seguir aumentando. En Bursamétrica hemos ajustado al alza nuestro pronóstico de inflación a un mínimo del 6.80 por ciento anual para este año.

Los mercados están descontando los próximos incrementos en las tasas. La probabilidad implícita de un incremento en el objetivo de la tasa de Fondos Federales por parte de la Fed en las operaciones de swap en el mercado de bonos del Tesoro para este mes, se ubica en 94 por ciento. La probabilidad de un incremento en la tasa de referencia de Banco de México para este 4 de octubre se ha duplicado al conocerse los datos de inflación de agosto.

La situación podría ser aún más complicada si las negociaciones entre Canadá y Estados Unidos en torno al TLCAN llegaran a fracasar en las próximas semanas. Hasta ahora, los involucrados se muestran optimistas de que existe una posibilidad de que se llegue a un acuerdo para subir a Canadá al acuerdo, para continuar su cauce jurídico en los tres países, y que al final pueda ser ratificado en el Congreso de EU en este próximo diciembre, antes de que cambie la composición del Congreso en enero, por las elecciones del 6 de noviembre.

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