Fernando Curiel

Sociedad fronteriza

El columnista escribe sobre lo que 'hay detrás' del muro de Donald Trump, más allá de una valla.

Uno. No, la cosa no es tan fácil, hasta simplona. De un lado, un Presidente norteamericano neurótico, vociferante, racista, anti-mexicano, llamando a la frontera (como en un Western) a su Guardia Nacional.

Dos. Y, de otro, un Presidente mexicano que quebranta el trato preferente dado a "Bóreas" (viento tormentoso del norte) Trump, como candidato y como funcionario, y, enérgico, aclara paradas.

Tres. Lo anterior, independientemente de los efectos internos, allá y acá. Allá, el desdeñoso silencio por respuesta al reclamo claridoso, y más sal en la herida que comparten trumpianos y anti trumpeanos.

Cuatro. Acá, el también propósito de mudar, a un Ejecutivo Federal, impopular y saliente, en Gran Timonel de la Nación.

Cinco. Propósito político al que, consciente o conscientemente, se sumaron los cuatro suspirantes a sucederlo, ya en cuenta regresiva. Salir en la foto.

Seis. Cuando, en realidad, sólo se confirma la aguda observación de M. L. Guzmán, uno de nuestros grandes escritores "desaparecidos" (al igual que Torres Bodet, Novo, Yáñez) por la iconoclastia de moda en los 70's (quítate tú para que me ponga yo).

Siete. ¿Pues qué dijo el autor de La sombra del caudillo? Que para la política de los Estados Unidos, México es sólo pretexto electoral.

Ocho. En efecto, Donaldo está en campaña para su reelección (y no vaya siendo que su víctima, su electorado, igual de racista e ignaro, termine en victimario).

Nueve. Aunque, la verdad sea dicha, nuestro mandatario también se vio medio jefe de campaña electoral; recuérdense los primeros largos minutos de su, reitero, claridoso mensaje.

Diez. A lo que voy. De lo que en realidad se trata, es de una sociedad intermedia, tercera, pujante, fronteriza, parte mexicana y parte norteamericana. Para la que no hay, ni habrá, Muro que valga. Así juegue con sus " drones" la Guardia Nacional.

Once. Y lo verdaderamente grave es que, salvadas contadas excepciones, ni del lado de acá, ni de lado de allá, se justiprecie la historia, la hondura, la persistencia de tamaña realidad geopolítica, comercial, cultural.

Doce. Respecto a la UNAM, no sorprende que desde los 40's del siglo pasado, abriera un frente en San Antonio, Texas. Al que seguirán otros.

Trece. Y que no se menosprecie, ni degrade, la categoría frontera.

Catorce. En otro campo, un humanista de la talla de George Steiner, valora, revalora, lo fronterizo.

Quince. Expresión, dice, de un saber que explota tierras desconocidas. Expresión, también, de una zona de encuentro (que no desencuentro) de diversas disciplinas.

Dieciséis. Aunque absolutamente inconcebible resulta imaginar la escena de Donald Trump leyendo (y comprendiendo), el vuelo conceptual, y etimológico, del Steiner.

Diecisiete. Valoremos, revaloremos, ese tercer país implantado, de manera histórica, quiero decir natural, entre México y los Estados Unidos.

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