Debate Puntual

Seguridad en México: certeza y confianza

El columnista opina que el presidente electo y el futuro gabinete verán que la realidad a la que se enfrenta un gobierno no es la misma que se ve desde afuera.

La seguridad ha sido una de las principales preocupaciones de los mexicanos en los últimos 12 años, específicamente desde que se descubrió el gran alcance y poder del crimen organizado en muchas entidades del país, y la forma en la que sus tentáculos llegan a prácticamente todos los rincones del territorio nacional. Entregar resultados en la materia fue de los mayores retos para los gobiernos de Felipe Calderón y del Presidente Enrique Peña Nieto, y no dudo que será de la misma forma para el Presidente Electo.

Un problema que es imposible de esconder a la ciudadanía no puede tener una solución tan sencilla como las muchas que plantearon los candidatos en la pasada campaña electoral, y es un asunto que comprendió quien impulsará el próximo gobierno sólo después de una reunión de la mayor relevancia con los titulares de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, el General Salvador Cienfuegos y el Almirante Vidal Soberón Sanz, quienes tienen como tarea fundamental la defensa de la soberanía nacional y la integridad social.

Una vez que recibió diagnósticos puntuales de ambos secretarios sobre la situación de la seguridad en México, así como propuestas para enfrentar este grave problema, el Presidente Electo reconoció que su ofrecimiento de crear la Guardia Nacional no se podría concretar en el corto plazo, particularmente al inicio de su gestión. Y pese a que había propuesto lo contrario, después del encuentro con los titulares de las fuerzas armadas, declaró que sería irresponsable sacar al Ejército y a la Marina de las calles y dejar la tarea de enfrentar al crimen organizado y brindar seguridad a los mexicanos en manos de las corporaciones policiacas locales, mismas que carecen de recursos, preparación, controles de confianza suficientes y efectivos, y capacidad para enfrentar las amenazas de los grupos delictivos.

Es verdad que los miembros del Ejército y de la Marina no deberían suplir a las policías en las tareas de seguridad pública, que su entrenamiento y protocolos no estaban alineados para cumplir dichas operaciones, y que el próximo plan de seguridad nacional debe enfocarse en fortalecer a las corporaciones policiales locales para que, paulatinamente, los soldados y marinos regresen a las actividades que son de su exclusiva injerencia. Si bien las propuestas de campaña del próximo gobierno no iban enteramente en esa línea, debemos reconocer que es una buena señal que hayan aceptado los diagnósticos presentados por quienes hoy en día cumplen con la enorme responsabilidad de salvaguardar la nación y atender los problemas de seguridad que surgen en las calles de todo el país.

En muchos sentidos, me parece atinado que el Presidente Electo y su equipo hayan prestado atención a quienes conocen de primera mano la situación de seguridad en México. Si bien es verdad que la campaña se gana con base en propuestas, un candidato difícilmente puede tener información suficiente para, desde su posición de aspirante a la Presidencia, brindar las respuestas puntuales a lo que como nación necesitamos. Ahora que se promete poner a consulta popular muchos de los temas de importancia para nosotros los ciudadanos, también es importante que se hagan propuestas sólidas apoyadas en diagnósticos concisos y con datos duros. Es tan importante involucrar a la ciudadanía en las decisiones cruciales del país como realizar estudios a profundidad que orienten al gobierno y a los ciudadanos a elegir lo que más nos conviene a todos.

Conforme se acerca el inicio de la próxima administración, el Presidente Electo y el futuro gabinete verán que la realidad a la que se enfrenta un gobierno no es la misma que se ve desde afuera, que para tomar decisiones no basta con los pronunciamientos hechos en campaña; que toda propuesta, por más popular que sea, es perfectible; que vale la pena escuchar a quienes conocen de primera mano los retos que enfrenta México, y que no debe generar ninguna vergüenza admitir que lo propuesto no era lo más adecuado cuando existen maneras más eficientes o más confiables para atender los problemas.

Desde este Debate Puntual comparto, como millones de mexicanos, mi reconocimiento a las Fuerzas Armadas de México, a los Secretarios de Defensa Nacional y Marina, y a todos los integrantes de estas instituciones que, en las condiciones más difíciles, han actuado de manera honesta y valiente, incluso arriesgando la vida, con tal de proteger nuestro bienestar. Sin importar quienes ocupen la titularidad de ambas secretarías en el futuro, que su entrega, su lealtad y todos sus esfuerzos sigan siendo por el bien de México.

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