Perspectiva Global

¿Hace falta que Banxico continúe elevando la tasa de interés?

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En diciembre del año pasado la Junta de Gobierno del Banco de México elevó la tasa de referencia en 25 puntos base (0.25 puntos porcentuales) a 7.25 por ciento, con un tono muy restrictivo en su comunicado de política monetaria e inclusive un voto disidente queriendo aumentar todavía más la tasa. La semana que entra, la Junta de Gobierno de nuestro Instituto Central sostendrá su primera reunión de política monetaria del año. ¿Continuarán elevando la tasa de referencia? Hagamos un breve recuento de lo que ha sucedido desde la reunión de política monetaria de diciembre. Por un lado, el peso mexicano lleva una apreciación cercana a 6.0 por ciento con respecto al dólar desde inicios del año. Por otro lado, la inflación anual cayó de 6.77 por ciento en diciembre de 2017 a 5.51 por ciento en la primera quincena de enero. Asimismo, los datos más recientes de ventas al menudeo, inversión pública y privada, así como de exportación de manufactura han mostrado señales de desaceleración.

¿Hará falta que Banxico continúe elevando la tasa de interés de referencia? Aparentemente no, sobre todo a la luz de lo que acabo de mencionar, máxime si tomamos en cuenta que Banxico ya ha elevado la tasa de política monetaria 425 puntos base desde diciembre de 2015, muy por arriba de los 125 puntos base que ha hecho el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), durante el mismo periodo. Asimismo, la tasa real actual (tasa nominal menos la tasa de inflación) se encuentra en 1.65 por ciento —muy por arriba del promedio de los últimos seis años en 0.43 por ciento—, y la tasa real, utilizando la inflación esperada en los próximos 12 meses, ya se encuentra en 3.27 por ciento, también muy por arriba del promedio de los últimos seis años en 0.42 por ciento. No obstante lo anterior, considero que la semana que entra el Banxico elevará la tasa de referencia en 25 puntos base (pb) y que es probable que tenga que aumentarla más en los próximos meses. Tal vez otras dos alzas de 25 pb de aquí a julio.

¿Para qué necesitamos 'tanta' restricción en las circunstancias en las que nos encontramos? En mi opinión, si estuviéramos en un país en donde los canales 'tradicionales' de transmisión de política monetaria (i.e. la conexión por donde fluyen las acciones de política monetaria para paliar presiones inflacionarias) de demanda agregada y de crédito fueran los más relevantes para la economía, entonces no habría necesidad de más restricción monetaria. Recordemos que a pesar de que la penetración crediticia en México se ha ido incrementando en los últimos años —de poco más de 14 por ciento del PIB en 2012 a ligeramente por arriba de 17 por ciento en la actualidad, si tomamos en cuenta sólo el crédito que otorga la banca comercial al sector privado no financiero—, continúa siendo muy baja a la luz de nuestros países vecinos de Sudamérica (Perú ligeramente por debajo de 25 por ciento, Colombia por arriba de 40 por ciento, Brasil cercano a 50 por ciento y Chile cercano a 80 por ciento del PIB).

Así, en un entorno de alta incertidumbre, principalmente proveniente de un tono más restrictivo en las comunicaciones de los miembros del Comité de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed, las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y los comicios de julio en México, considero que es muy probable que el Banco de México tenga que continuar elevando la tasa de interés, con el fin de continuar anclando las expectativas inflacionarias —influyendo mediante el canal de expectativas—, y apuntalar el tipo de cambio peso-dólar (canal de tipo de cambio). Adicionalmente, a pesar de la fuerte caída de la tasa de inflación anual, todavía se encuentra muy por arriba del objetivo de inflación del Banco de México (3.0 por ciento). Asimismo, considero que a pesar de que pronostico que la inflación finalizará el año en niveles cercanos a 4.0 por ciento, no va a ser tan sencillo que la inflación anual continúe una trayectoria descendente en todos los meses, sobre todo por la liberalización total de los precios de las gasolinas, en donde es probable que reflejen el incremento de los precios internacionales de éstas durante la 'temporada de manejo' en Estados Unidos (mayo a agosto), así como una muy probable depreciación del peso reflejando la incertidumbre democrática, conforme nos acercamos a las elecciones del 1 de julio en México.

* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.

* Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.

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