Los mercados financieros internacionales no han dejado de observar olas intermitentes de muy alta volatilidad desde la crisis económico-financiera global de 2008-2009. Considero que los riesgos geopolíticos y su estrecha relación actual con la política monetaria en Estados Unidos es el eje principal de dichos episodios de volatilidad anormalmente alta ('Los riesgos geopolíticos actuales y el Fed', 19 de junio). No obstante lo anterior, si bien considero que es clave hablar del eje que en mi opinión hoy se encuentra moviendo los mercados, no pone en relieve la gran pregunta que hoy por hoy considero que se hacen los participantes de dichos mercados: ¿Alcanzará el momentum de crecimiento global actual para llegar o inclusive ir más allá de las elecciones intermedias en Estados Unidos?
A continuación 'desmenuzo' la pregunta. Por un lado, considero que la retórica proteccionista del presidente Trump podría poner fin a la fase de expansión económica global ('Trump pone en peligro el crecimiento económico global', 6 de marzo). Por otro lado, considero que el alto nivel de agresividad de esta retórica tiene el objetivo de mantener o inclusive aumentar la popularidad de Trump, al menos con su base de votantes, para preservar las mayorías legislativas en las elecciones intermedias de noviembre. En mi opinión, ésta debe ser la razón principal, porque de otra manera no tiene ninguna racionalidad económica que lo sostenga. De aquí la importancia del periodo en cuestión. Faltan 133 días (cuatro meses, 11 días) de aquí al martes 6 de noviembre, en donde los ciudadanos de nuestro país vecino del norte renovarán a toda la Cámara de Representantes y a un tercio del Senado. Así, considero que esta retórica deberá terminar o al menos bajar de tono significativamente una vez que se lleven a cabo estos comicios.
Popularidad de Trump. En los últimos sondeos sobre la popularidad del presidente de Estados Unidos, Trump cuenta con 42.3 por ciento de aprobación, entre la población estadounidense. Ésta ha observado un crecimiento importante desde 36.4 por ciento en diciembre de 2016 —a pocos días de haber ganado la elección presidencial— y está muy cerca de su máximo (42.7 por ciento) alcanzado a finales de mayo de este año. A pesar de los comentarios racistas, misóginos y en muchos casos llenos de ignorancia, verdades parciales o mentiras, así como momentos altamente bochornosos a nivel global como no haber podido respaldar el último comunicado del G-7 —por decir lo menos—, al presidente Trump no le han salido las cosas tan mal para los estadounidenses. Por un lado, pudo disminuir los impuestos, sin recortar gasto público y sin ninguna advertencia de disminución de calificación crediticia de parte de las principales agencias calificadoras de deuda. Este es el sueño de todo político populista.
Considero que sólo un país como Estados Unidos —con el monopolio de imprimir dólares legalmente— puede 'darse el lujo' de hacer ese tipo de cosas. Por otro lado, parece ser que hoy nos encontramos cerca de poder llegar a ver la reunificación de las Coreas, algo impensable tan sólo hace algunos meses y que el gobierno de Estados Unidos esté siendo 'el puente' de estas negociaciones.
Amenazas proteccionistas. Si bien por un lado están las amenazas de carácter proteccionista que ha lanzado el presidente Trump, particularmente en contra de China, la Eurozona y claramente en contra de México, entre muchos otros países, éstas se han quedado en meras amenazas. Desafortunadamente el gobierno estadounidense sí ha instrumentado algunas políticas proteccionistas. Tal es el caso, por ejemplo, de 25 por ciento de arancel a la importación de acero y de 10 por ciento a la de aluminio.
En este sentido, Trump podría 'estirar la liga' todavía más y 'detonar' el artículo 2205 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en donde anunciaría la salida de Estados Unidos del tratado, seis meses después del envío del anuncio a los otros países miembros. En sus estrategias poco ortodoxas de negociación, Trump podría llevar a cabo esta acción agresiva no para salirse del TLCAN per se, sino para ganarse adeptos por un lado y por el otro cerrar el periodo de renegociación del TLCAN a una ventana de seis meses —el periodo de tiempo entre el anuncio de salida y la salida de facto—, y así forzar a que se tenga renegociado en dichos periodo de tiempo.
Al final, todas estas acciones y amenazas tienen consecuencias, en su mayoría negativas para el crecimiento económico global, ya sea de manera directa o mediante el incremento del nivel de incertidumbre, que normalmente inhibe la inversión.
En México la gran pregunta que tenemos es quién va a ser nuestro próximo presidente. En este sentido exhorto a toda la población mexicana a que vote el próximo domingo. Que conozca a los candidatos (hoy es más sencillo con los sitios de internet y las redes sociales), lean y comparen propuestas. Y lo más importante, ejerzan su voto.