Perspectiva Global

Turquía, Rusia, Irán y otros riesgos geopolíticos

Entre los riesgos geopolíticos se encuentran las sanciones económicas que impuso el gobierno de Estados Unidos a estos países, dice casillas.

Desde que Donald J. Trump ganó la elección presidencial en los Estados Unidos, los riesgos geopolíticos no han dejado de ser el enfoque central de los mercados financieros internacionales. No es que no hayan existido antes, sino que en esta ocasión se han ido exacerbando tanto en cantidad, como en el nivel de impacto que pueden tener en los mercados financieros, así como en la economía mundial. Adicionalmente, como he comentado con anterioridad, considero que los riesgos geopolíticos a los que hoy estamos expuestos tienen una liga muy clara con las variables macroeconómicas y financieras. Las políticas proteccionistas, así como la salida de EU del 'pacto nuclear' con Irán, la reforma tributaria recientemente aprobada en EU y las medidas antimigratorias en dicho país apuntan a la posibilidad de que el Banco de la Reserva Federal de EU (Fed) tenga que aumentar la velocidad de alza de tasas de interés y que esto pueda provocar una recesión mundial.

Entre los riesgos geopolíticos que escalaron la semana pasada se encuentran las sanciones económicas que impuso el gobierno de Estados Unidos a Turquía y a Rusia, así como la reimposición de sanciones a Irán y la evolución de la guerra comercial China-EU. En este sentido, el gobierno de los Estados Unidos anunció sanciones económicas a Turquía por la detención de un pastor religioso estadounidense en terreno turco. Así, el presidente Trump duplicó los aranceles al acero y al aluminio procedentes de Turquía. Cabe señalar que en el caso particular de Turquía, la economía se ha estado desacelerando, el déficit de cuenta corriente se ha ampliado significativamente y el presidente Erdogan ha minado fuertemente la independencia del banco central.

Por ello, en lo que va del año, la lira turca ya llevaba una depreciación de casi 70 por ciento frente al dólar de EU, hasta finales de la semana pasada.

Asimismo, los participantes de los mercados también estuvieron muy atentos la semana pasada a la evolución de la retórica proteccionista y algunas acciones que ha tomado el gobierno de los Estados Unidos en este sentido. Los aranceles que ha impuesto EU a importaciones de acero y aluminio, así como a una serie amplia de productos provenientes de China ha provocado acciones retaliatorias en diferentes latitudes.

Así, ya podemos hablar de una guerra comercial entre Estados Unidos y China.

El gobierno estadounidense ratificó que el próximo 23 de agosto impondrá un arancel de 25 por ciento a 279 productos importados de China, cuyo valor se estima en 16 mil millones de dólares (mmdd). Cabe señalar que la imposición de este arancel es parte de los aranceles que se habían anunciado en junio pasado a mil 333 productos que se importan de China, con un valor estimado de 50 mmdd y en donde el pasado 6 de julio el arancel entró en vigor para 818 productos —de los mil 333—, con un valor de 34 mmdd. Con el arancel que entrará en vigor el próximo 23 de agosto, el Representante de Comercio de EU (USTR) estará afectando a casi el 10 por ciento de las importaciones procedentes de China, tomando en cuenta que el año pasado, por ejemplo, EU importó 505.5 mmdd de este país asiático.

Cabe señalar que la publicación de la balanza comercial de julio en China aparentemente no reflejó ningún impacto de los aranceles que ya se instrumentaron. De hecho, las exportaciones registraron un crecimiento anual de 12.2 por ciento en julio, por encima del 10 por ciento que anticipaba el consenso de las expectativas de los analistas.

En nuestra opinión, los participantes de los mercados percibieron la noticia con 'sentimientos encontrados'. Esto se debe a que por un lado, el dato reflejó fortaleza económica global y mejor perspectiva de crecimiento para China y que un crecimiento así en las exportaciones refleja que los aranceles impuestos por el presidente Trump aparentemente todavía no han minado este rubro. No obstante lo anterior, en la medida que no se observe impacto, esto puede 'brindar combustible' al presidente Trump para continuar con su retórica y medidas agresivas en materia de proteccionismo.

Por último, un tema que logró compensar —al menos parcialmente—, el sentimiento negativo que dejó la ratificación estadounidense de que se instrumentarán los aranceles, fue la propagación de rumores en diferentes medios sobre la posibilidad de que el gobierno chino instrumente un programa de estímulo económico orientado a inversión en proyectos de infraestructura.

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