Contracorriente

Perversidades de Trump contra el TLCAN

El columnista cuestiona si el presidente estadounidense sacará a EU del Tratado y, si continúan las negociaciones, ¿se mantendrá en su intransigencia?

Si las intenciones declaradas por Robert Lighthizer, negociador estadounidense del TLCAN, hubieran sido sinceras, ya habrían concluido las negociaciones y habría un nuevo Tratado; desde el primer día -dice el expresidente Ernesto Zedillo en un artículo publicado con su firma el 7 de mayo en el Washington Post- hubo señales que hacían dudar de la sinceridad del gobierno de Trump, que fue presentando propósitos con argumentos "perversos" de manera "obstinada".

En las reglas de origen del sector automotor, por ejemplo, Estados Unidos (EU) no sólo pretende elevar el porcentaje de partes producidas en la región, sino que el mayor aumento sea de partes producidas en Estados Unidos, lo que arruinaría a las empresas nacionales proveedoras de las armadoras.

Son cinco los temas en los que el gobierno y la iniciativa privada de México consideran inaceptables las posturas estadounidenses. Dos ejemplos más que ayudan a entender las pretensiones de Trump: exige facilidades para imponerle sanciones antidumping a exportaciones mexicanas de frutas y hortalizas en las temporadas de cosecha de sus agricultores; el último planteamiento de Lighthizer es que México y Canadá abran sus compras gubernamentales a proveedores estadounidenses, pero "insiste en hacer lo opuesto con empresas de Canadá y México en Estados Unidos", dice Zedillo.

La cuestión que queda abierta es si en los próximos días Trump sacará a EU del Tratado, y en el más probable caso de que las negociaciones continúen, ¿aflojará en su intransigencia o se mantendrá en ella?

La primera posibilidad (baja) dependerá -más que de consideraciones económicas o del trato hacia México y Canadá- del cálculo que haga Trump de cómo le sirve mejor el TLCAN -vivo o muerto- para conservar la mayoría republicana en el Congreso tras las elecciones de noviembre.

Dice Ildefonso Guajardo que algo de lo ganado en las negociaciones es haber demostrado la importancia que tiene el Tratado para agricultores a los que México les compra millones de toneladas de cereales y para una extensa diversidad de industrias y comercio del sur de Estados Unidos.

Resulta que gran parte de esos productores y agentes económicos votaron por Trump, pero le han ido retirando su simpatía y más lo harían si EU sale del Tratado porque los afectaría directamente y en noviembre podrían ser el factor de que no se ratificara la actual mayoría del Congreso.

Si Trump calcula que no le conviene salir del TLC y no se levanta de la mesa de negociaciones, lo más probable es que seguirá presionando en favor de sus posturas "torcidas"; Sarah Sanders, portavoz de la Casa Blanca lo dijo a Fox News: "Lo más importante es que este presidente asegurará que obtengamos un acuerdo que funcione para Estados Unidos, y no va a detenerse hasta que lo logre" (El Financiero, 19/05/2018).

Se ha elogiado el papel que han desempeñado los negociadores mexicanos encabezados por Ildefonso Guajardo, y aunque han hecho algunas concesiones no han establecido los puntos de vista y exigencias que puedan servir para fortalecer nuestra economía interna, de mejor manera de lo que ha servido el TLCAN hasta ahora.

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