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La infraestructura como agente de cambio

El objetivo fundamental de la empresa debe ser contribuir a un mundo mejor, al bienestar social, dice el colaborador invitado.

Por Emilio Gutiérrez

A diez años de que el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, concentrara parte de sus análisis técnicos al tema del desarrollo de la infraestructura nacional, hoy se presenta una nueva oportunidad para replantear lo todavía pendiente y el inicio de la nueva administración federal, abre la posibilidad de que haya avances en la materia.

En pleno Siglo XXI, cuando la era digital predomina y las nuevas herramientas tecnológicas surgen día a día, nuestro país aún cuenta con regiones donde sus habitantes viven en una situación de gran desigualdad social, carentes de servicios públicos básicos como agua potable, luz, vivienda, salud, transporte, seguridad pública, así como posibilidades de estudio y empleo. Son comunidades donde la era digital aún no se concibe.

Con base en ello, el IMEF considera que es momento de utilizar a la infraestructura para promover el desarrollo social y económico del país, como un medio para proporcionar los servicios necesarios a toda la población y que los reciba con oportunidad, en mejores condiciones y de la mejor calidad posible.

Cabe reconocer que se ha avanzado en la elaboración de programas de infraestructura sexenales y un ejemplo de ello es el actual Programa Nacional de Infraestructura , cuyo objetivo global es modernizar y ampliar la infraestructura existente a través de la ejecución de 743 programas y proyectos de inversión con un monto total de inversión pública y privada de 416,248 millones de dólares (equivalente a 8.3% del PIB); sin embargo subsiste la falta de un Sistema de Planeación Nacional a largo plazo que nos permita contar con una suficiente cartera de proyectos ejecutivos, que aseguren la ejecución permanente de la infraestructura necesaria, ya que el problema, desde años atrás, es la falta de proyectos ejecutivos y la oportuna liberación del derecho de vía.

La nueva administración federal se enfrentará a partir del 1ro. de diciembre con este mismo problema, por lo tanto, no podrá atenderlo con la premura que se requiere, ya que no hay proyectos ejecutivos. Falta sin duda un adecuado mecanismo que permita su oportuna materialización.

Y no sólo eso, la coyuntura actual requiere una infraestructura que el gobierno no puede cubrir por sí mismo y es necesaria la participación del capital privado.

El reto a superar es que tanto el sector público como el sector privado, trabajen con el objetivo de alcanzar el bienestar social y que el gobierno, con el apoyo de especialistas, defina los proyectos de mayor utilidad para el desarrollo social; sobre todo de los más necesitados. Es momento de que los empresarios sean agentes de cambio con un actuar auténtico, ético, coherente y aportando valores económicos y humanos.

El objetivo fundamental de la empresa debe ser contribuir a un mundo mejor, al bienestar social, y si hace bien su trabajo y es eficiente, la rentabilidad de la inversión realizada, será su resultado. Nos hemos enfocado solo al rendimiento económico, que por supuesto es condición fundamental para que toda empresa subsista, pero no debemos olvidar que para cualquier organización lo primero, lo fundamental, es el ser humano, la dignidad humana y el servicio a ellos.

En la edición número diez, del Foro Nacional IMEF de Infraestructura, se contará con la participación de funcionarios designados y el IMEF hará propuestas sobre la planeación nacional que necesitamos, los esquemas de financiamiento que podemos utilizar para realizar los proyectos, así como las estrategias y los proyectos más convenientes para el desarrollo económico y social de toda la población, especialmente de los más necesitados. Más información en www.imef.org.mx

*Presidente del 10o. Foro Nacional IMEF de Infraestructura 2018.

Contacto: egutierrez@ocacsa.com

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