En Facebook se ha viralizado un juego en el que a través de una imagen se le pide a la gente que permita que el corrector automático de texto complete una frase. Haga el ejercicio conmigo, escriba en su celular: Esta navidad te… y deje que su teclado complete la frase seleccionando las opciones que le sugiere la aplicación. En mi caso sería así: Esta navidad te quiero dar una patada.
He ahí mis más profundos deseos según las sugerencias de mi teclado. Algo me sabrán.
Lo que nos aclara este experimento, por si no lo sabía, es que lleva un buen rato entrenando su propia Inteligencia Artificial, así es, ¿se acuerda cuando en otra de mis columnas, le conté que nuestro celular escuchaba todo lo que decimos?, pues no era sólo eso, también lee todo lo que escribimos.
¿Por qué cree que pareciera que los anuncios de Facebook o Google le leen la mente?, pues no es así, esto es sólo la punta del iceberg de la conspiración de la publicidad no solicitada, de la que todos forman y formamos parte, incluso sin saber y contra nuestra propia voluntad, en la que deliberadamente y por nuestro bien (al menos así lo explican los fabricantes tratando de lavar su culpa), nos rodea un sofisticado sistema de espionaje del que somos parte, a través de todos nuestros dispositivos electrónicos y en el que usted y yo somos las víctimas.
Si bien es sabido que los sistemas de GPS han ayudado incluso a evitar y salvar a gente de secuestros, no todo es miel sobre hojuelas. En Europa, se ha creado una controversia en torno a Google, pues los usuarios no sólo han pedido, sino que exigen ante tribunales que los reguladores de privacidad de países como Polonia, Grecia y Países Bajos se les vayan encima a la empresa por violar la nueva Ley de Privacidad. Así como lo lee.
Los molestos afectados se unieron para presentar denuncias en contra de las autoridades nacionales de protección de datos de cada país del bloque, basado en una investigación que llevó a cabo Noruega, bajo el argumento de que Google, usa diferentes métodos de persuasión para habilitar la ubicación y la aplicación que integra las cuentas de usuario.
Por otra parte Google, ha salido a la defensiva diciendo que el historial está desactivado de forma predeterminada, que es abierto libremente por medio del propio usuario pero que eso ayuda a tener un mejor uso de un celular. Además de que cada quien es libre de apagarlo, prenderlo, pausarlo o eliminarlo. Miren, qué comprensivos ellos.
Estamos ante el auténtico Big Brother, no el reality ese, sino el de verdad, el de George Orwell, el de 1984 y lo peor es que no nos dejan mucha opción.
Sigamos con el experimento, lo invito a que intente apagar todos los trackers de Google y verá que su móvil quedará casi inservible, al grado que no le permitirá ni hacer una búsqueda en su buscador (el de Google). Qué es por donde comenzó todo para la ahora constituída Alphabet, no por nada, hace algunos años Google removió de su misión su máxima original "Don't be evil" para convertirse en todo lo que rechazaron en sus orígenes.