Javier Murillo

La democratización de los ciberataques

Si teníamos algo más de qué preocuparnos, aquí está esto, la ciberseguridad informática, en donde solo hay dos formas de estar protegidos, dice Murillo.

Desde hace días circula una nota que habla sobre cómo la Inteligencia Artificial nos jugará en contra con temas de ciberseguridad y tiene razón. Vamos a pensar que hackean una institución bancaria, realmente nosotros estamos protegidos porque quién saldría perdiendo es la institución o las aseguradoras que protegen a esas entidades. Hasta hace unos años esos hackers eran del tipo solitario o sociópata, de los que disfrutan vulnerando instituciones por activismo o mera diversión.

Pero como todo evoluciona, estos hackers tipo Anonymous, quienes se escudaban detrás de un halo de activismo libertario, con su voz computarizada y su máscara de V de Vendetta, ya no son a los que debemos temer o de quiénes debemos protegernos. El negocio del hacking ya es del crimen organizado y los ingresos ilegales emanados de esta actividad ya son parte importante de su flujo de recursos. Ahora hay que tener miedo del robo digital de dinero e incluso, de secuestros virtuales, o peor, de la usurpación de la identidad.

Y es aquí donde entra la Inteligencia Artificial, antes los desfalcos, extracciones o robos, se enfocaban en empresas grandes o visibles, instituciones financieras, gobiernos o en grandes tenedores de criptomonedas. La capacidad tecnológica propició la generalización y consecuente democratización del hackeo. Todo es un tema de costo beneficio, ya sale más barato hackearlo a usted o a mí que a una gran institución y es más difícil que denunciemos y que las autoridades persigan el delito. Y si no, chequen las estadísticas de delitos cibernéticos resueltos.

Así como los buenos (al menos eso dicen) enfocan sus recursos en el desarrollo de Inteligencia Artificial, de la misma forma que los malos (los criminales) están haciendo lo suyo y las más de las veces, con mayor capacidad que la de los buenos. Esto ha dado el origen a la contrainteligencia cibernética, donde el balance de la fuerza prevalecerá y se comprobará que la historia siempre se repite, para todo hecho positivo siempre existirá una contraparte negativa. Naturaleza humana.

Antes, para efectuar un hackeo se requería de mucha fuerza bruta y de una gran capacidad cómputo, tanto para idear y encontrar creativamente los espacios de inseguridad, así como en el procesamiento requerido para vulnerar esos espacios de oportunidad. Hoy con Inteligencia Artificial ya no es más así, entre otras cosas, por la capacidad de la tecnología de aprender.

Si teníamos algo más de qué preocuparnos, aquí está esto, la ciberseguridad informática, en donde solo hay dos formas de estar protegidos, ponerse fuera del alcance de hackers o tener la disciplina y el presupuesto requeridos para mantenerse seguro. Yo no pienso dejar de usar mi smartphone, ¿ usted sí?

Fundador y Presidente del Consejo de Metrics.

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