Parteaguas

Bancarrota… ¿la de los Totis?

La bancarrota fue tema de interés entre los mexicanos... pero no por las declaraciones de AMLO, sino por casos como el de Gibson o la falsa caída de la empresa de frituras Totis.

Y llegamos a la mañana del martes con el diputado morenista Mario Delgado desesperado por encontrar en la Real Academia Española alguna definición que salvara la dignidad de la declaración del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

La encontró en la tercera acepción que concede el diccionario de la institución: "Hundimiento o descrédito de un sistema o doctrina". ¡Eureka!

Así respondió en vivo de forma tajante a las preguntas del periodista de televisión Carlos Loret de Mola que para salir de dudas técnicas en torno a lo que significa la "bancarrota" invitó a tres… políticos.

La verdad, a los mexicanos la discusión por la supuesta bancarrota que vive el país de acuerdo con lo dicho el fin de semana por el próximo presidente, les interesó menos que Thalía o la Capitana Marvel durante los siete días más recientes. La fuente es Google, que vía su plataforma Trends registra lo que buscamos todos en internet.

La misma herramienta revela que el mes en el que más habitantes de México estuvieron al pendiente del término fue mayo, cuando surgió el rumor sin fundamento de una "bancarrota" de Totis, una marca popular de frituras de trigo propiedad de Conservas La Costeña, la empresa casi centenaria que dirige Rafael Celorio.

El interés entre connacionales por el término de bancarrota que expresaron en Google se apoyó también en la historia de ese mes acerca de una temporalmente insolvente Gibson, la empresa más famosa de guitarras, que perdió la batalla ante jóvenes quizá desinteresados por aprender a tocar rock y ante su insolvencia, tramitó un proceso legal para reorganizarse bajo la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras estadounidense.

Ambos incidentes, lo de Totis y lo de Gibson, detonaron una curiosidad extraordinaria de los internautas sobre la "bancarrota" y hasta ahora no se ha repetido ese nivel de interés. Ni porque AMLO abordó el término.

Un experto, Ignacio Valdés, socio de la firma Legal Ibarra & Valdés Abogados, define así la bancarrota: la insolvencia irremediable por parte del comerciante. Mexicana de Aviación es el ejemplo más cercano de una empresa que cayó en esta situación y el Poder Judicial decidió que sus bienes fuesen rematados para pagar a quien se pueda.

Un país no puede estar en bancarrota bajo esa definición, pues no se trata de un comercio o negocio. Sí puede su gobierno, claro, caer en insolvencia y dejar de pagar sus deudas, como lo estuvo México en los ochenta; Argentina la década pasada y este año, Venezuela.

El gobierno mexicano no está insolvente. Cubre sus deudas y el pago de intereses que éstas generan.

Lo que no puede obviarse es el adeudo con la mitad de los mexicanos que carecen de oportunidades para salir de la miseria, entre muchas razones, por la pobre atención que el gobierno saliente puso a la industria petrolera, que genera tantos empleos.

Si la mitad de los accionistas de una empresa cayeran en la pobreza por una mala administración de ésta, muy probablemente buscarían el amparo de una ley que les protegiera. Por ejemplo, una de quiebras o la de concursos mercantiles, que es la nuestra. Tal vez a eso se refería AMLO.

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