Parteaguas

¿Cómo este mexicano cobra 20 dólares por lavar el coche?

A pesar de la cercanía, la capacidad de consumo y los salarios de los estadounidenses son superiores a los de México, y todo ello se debe a un solo factor: educación.

Se llama Cristian y suele cargar con un trapo, un cepillo y una pequeña máquina compresora portátil cuando recorre las calles ardientes de este fraccionamiento privado clasemediero lleno de coches medianos y nuevos.

Cobra 20 dólares por lavada 'a presión'. Este treintañero vive en Mission, Texas, a unos 10 kilómetros de México o de su parte más cercana, Reynosa, Tamaulipas.

Karla cruzó la frontera hace más de 20 años después de acabar la carrera de ciencias de la comunicación en Monterrey. Hoy paga la hipoteca de esta casa de 300 metros cuadrados en un condominio de los suburbios de San Antonio, lleno de jardines e invadido de un silencio rara vez interrumpido por alguna podadora.

Su salario de poco más de 50 mil dólares anuales como maestra de primaria le permite pagarse una mayor preparación académica y mantener dignamente a sus dos hijos nacidos acá. Desde hace tres años obtuvo la ciudadanía estadounidense y ya piensa en un negocio.

En donde la presencia mexicana pesa más es quizá en Laredo, Texas, que comparte el río Bravo con Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Pete Sáenz es el alcalde que compite por su reelección en este pueblo de 250 mil habitantes y cuando puede destaca un dato que recién hizo público: 16 mil camiones cruzan ya diariamente el Puente Internacional III de esta ciudad, el más concurrido.

Piensen en los estantes repletos de productos en los almacenes texanos que siempre parecen llenos de gente, un día y el siguiente. Siempre deben ser rellenados y ese relleno llega en buena medida por este interminable flujo de tráilers. Son 16 mil diarios sólo por un puente de Laredo, 11 por minuto. Es un récord, me advierten los habitantes locales.

Los trenes de Kansas City Southern, la empresa que en México encabeza el chihuahuense José Zozaya, también cruzan constantemente ahora conducidos hasta Texas por mexicanos que vienen desde Nuevo León. Pronto empezarán los problemas con el sindicato que siente invadido su territorio.

Aquí en el sur de Texas es en donde se ve la capacidad de consumo de los estadounidenses. También se nota la dificultad que tendrá Donald Trump o quien sea por detener el comercio binacional. Detener 16 mil camiones diarios, o una parte de ellos obliga a alguien a producir lo necesario para llenar los anaqueles. Sustituir a México requiere inversión y al menos inicialmente, inflación. Eso no es popular. Tampoco lo sería que esta región pierda 60 por ciento de los impuestos que cobra en total y que los paga gente de origen mexicano.

Porque también en esta zona se nota que un lavacoches callejero puede cobrar 20 dólares por lavada y una maestra 50 mil cada año. Ellos ofrecen sus servicios a habitantes más preparados que venden aún más caros sus servicios a naciones incluso más competitivas.

La educación es la razón. Aquí, si quieres entrar a las mejores universidades no puedes reprobar una sola materia, ni una sola, porque eso te manda al siguiente escalón de escuelas, me explica un adolescente inmigrante que no tiene seguro su pase a la universidad aún siendo el más destacado corredor de su equipo de futbol americano en una preparatoria del área metropolitana de Mc Allen, en donde viven más de un millón de habitantes. Él lucha por no bajar su promedio.

Y sí, es educación. No se puede crear un Tesla, un Amazon o un Google, sin alta educación.

Ojalá que eso quede claro en esta fase de transición gubernamental cuando todo quiere cambiarse en México.

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