Parteaguas

¿Cómo saber si México va bien con AMLO?

Jonathan Ruiz señala que más allá de la reacción de este lunes en los mercados se debe poner atención al PIB, a la IED y especialmente al consumo de energía.

Cuando lean esto sabrán qué tanto se mueve el dólar frente al peso y si las empresas mexicanas ganan o pierden valor luego de los primeros discursos del presidente Andrés Manuel López Obrador, con las operaciones del lunes. Hay que observar estos datos, pero atención que en el corto plazo estos se mueven por sentimientos y no por hechos, generalmente.

En los hechos, nada ha cambiado. La estructura económica de México sigue siendo la misma que dejó la herencia de gobiernos priistas y la de las poco trascendentes administraciones panistas. Quienes invierten en los mercados tratan de anticiparse, basados en sus sentimientos y por eso pueden exagerar.

Entre los indicadores confiables están el PIB o la Inversión Extranjera Directa, pero hay un indicador que puede transparentar cómo vamos todos: el consumo de energía. Cuando hay más gente con dinero hay más consumo de gasolina, de electricidad… de gas, con todo y la creciente eficiencia en los aparatos que las consumen. Aplica tanto para las personas como para las empresas.

De 2012 a 2017, el consumo de energía en México creció 5 por ciento, de acuerdo con el Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía. Comparemos: en Estados Unidos se elevó 3.5 por ciento en el mismo periodo, de acuerdo con la Administración de Información de Energía del país vecino.

Eso es independiente de sentimientos. Consumimos más energía porque compramos más aparatos que la consumen, desde vehículos, hasta aires acondicionados, pasando por refrigeradores y celulares. Las empresas instalaron más fábricas o centros comerciales.

"Toma de posesión -AMLO- En contra del libre mercado, en contra de la reforma energética y a favor de una visión retrógrada, estatista, intervencionista, anquilosada. Los mercados van a reaccionar a este maniqueísmo de manera negativa. Nos va a ir mal, muy mal. Lástima", expresó ayer Claudio X González Guajardo en su cuenta de Twitter. Habrá que comprobarlo hoy.

La empresa de su familia sí refleja ese estado de ánimo. Las acciones de Kimberly Clark ya perdieron un tercio de su valor desde la segunda mitad de 2016. El IPC que indica el promedio de las empresas más relevantes de la Bolsa, bajó un 11 por ciento desde entonces.

En todo ese lapso, la economía no paró de crecer —a su mediocre ritmo— y también marcó récords de creación de empleos. Los sentimientos de los mercados no coinciden con los hechos. Quienes los mueven presagian desde que Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos que México tendrá una crisis económica.

Lo mismo han repetido principalmente los medios extranjeros que ahora suman la incertidumbre creada por la llegada de los partidos Morena y PT al poder. Por todo eso en buena medida cayó también el valor del peso hasta 20.17 por dólar.

Habrá que ver si los inversionistas en los mercados ponen atención a una frase crucial del presidente Andrés Manuel López Obrador en el discurso de su toma de protesta:

"No gastaremos más de lo que ingrese a la hacienda pública. Se respetarán los contratos suscritos por los gobiernos anteriores, pero ya no habrá más corrupción ni influyentismo en negociaciones con empresas particulares.

"Me comprometo, y soy hombre de palabra, a que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras y se crearán condiciones hasta para obtener buenos rendimientos, porque en México habrá honestidad, Estado de derecho, reglas claras, crecimiento económico y habrá confianza", dijo el mandatario.

Si los inversionistas en los mercados reaccionan o no este lunes a esa intención, es poco relevante: pongamos atención al PIB, a la IED y especialmente al consumo de energía.

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